Aunque apenas estamos a mediados de 2023, las rutas del Everest ya han visto morir a 12 escaladores y resultar heridos a 5. Entre ellos hay 10 extranjeros (la cifra más alta registrada en la historia), además de 7 guías y trabajadores nepaleses en la montaña.
Mingma Gyalje Sherpa, miembro de Imagine Nepal Trek and Expedition, empresa que organiza excursiones de escalada al Everest, comentó que la temporada de escalada de este año ha sido bastante mala. La principal razón es el frío extremo y la negligencia de los escaladores. Mingma comentó que este año ha sido la temporada más fría que ha experimentado, con temperaturas que en ocasiones han llegado a los -40 °C, muy por debajo del promedio de -28 °C.
Algunos afirman que el cambio climático ha traído consigo condiciones meteorológicas y temperaturas más extremas. Cada vez más escaladores mueren o desaparecen en altitudes gélidas. Otros sufren congelación o infecciones causadas por edema pulmonar, una afección respiratoria causada por un exceso de líquido en los pulmones.
Muchos escaladores extranjeros se encontraron física y mentalmente desprevenidos para el agotador viaje. Mingma comentó que el clima gélido y los vientos gélidos dificultaron el envío de suministros a las estaciones de gran altitud, pero muchos turistas perdieron la paciencia y continuaron su viaje.
Además, el rápido crecimiento de la industria del montañismo ha generado una feroz competencia entre empresas, lo que genera preocupación por la posible reducción de las normas de seguridad. Lukas Furtenbach, director de Furtenbach Adventures, con sede en Austria, afirmó que la mayoría de las muertes podrían evitarse si los turistas cumplieran con las normas de seguridad obligatorias, especialmente las normas de seguridad y el transporte de oxígeno.
La cuestión de los guías locales también es un factor importante. Se consideran la columna vertebral de la operación de escalada y están constantemente expuestos al peligro mientras transportan equipo, comida, fijan cuerdas y escaleras. La mayor demanda de rescates en el Everest implica la necesidad de más personal. Pero los sherpas locales parecen estar física y mentalmente agotados, y algunos han renunciado, lo que aumenta aún más la presión sobre los que se quedan.
En 2014, 16 guías nepaleses murieron en una avalancha, lo que obligó a las autoridades a prohibir la ascensión. En 2015, un devastador terremoto mató a 18 escaladores y a casi 9.000 personas más en Nepal. Se estima que cinco escaladores mueren cada año por falta de oxígeno al intentar alcanzar la cima del Everest.
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