La supuesta sinceridad me ha atormentado durante los últimos 15 años. He tenido la esperanza de que la vida evolucionará, que todo se volverá transparente y que, con mejor propaganda, la conciencia de la gente cambiará. Pero esa esperanza sigue siendo vana.
Foto ilustrativa.
De joven, mi casa estaba cerca de una pagoda. Cada luna llena y el primer día del mes lunar, mi madre me llevaba a la pagoda para venerar a Buda. Mi madre, al igual que otros aldeanos, iba a la pagoda a rezar por la paz. El monje les predicaba a mi madre y a muchos otros que Buda solo puede traer paz mental, pero no puede satisfacer la riqueza ni el poder, por lo que ir a la pagoda a pedir cosas materiales o fama es una petición excesiva e irrespetuosa. Los aldeanos iban a la pagoda con el corazón y solían recoger flores y frutas de sus jardines para ofrecérselas a Buda. También esperaban que, tras ir a la pagoda, sus mentes encontraran paz, su salud mejorara y sus pensamientos se liberaran.
Los cambios en la vida hacen que la gente piense en muchas cosas que no concuerdan con las enseñanzas budistas, incluso en cosas consideradas muy prácticas, alejadas de la vida espiritual tradicional. Pero, dadas las grandes aspiraciones de muchas personas, las aceptan fácilmente y las ven como una forma de expresar sus deseos a Buda.
Durante los primeros días de primavera, cuando fui al templo, e incluso mientras hacía fila para pedir palabras, vi a gente inclinándose ante Buda y mostrando una hoja entera de papel delante de mí con los nombres de los que pedían y la lista de palabras que querían. Algunos pidieron muchas palabras a la vez. Desde "bendiciones", "prosperidad", "longevidad", "riqueza", "nobleza"... todas fueron pedidas y apreciadas para llevarlas a casa.
Quienes piden fortuna, fama en templos o caligrafía en talleres de caligrafía al comienzo de la primavera suelen mostrar su sinceridad. Sin embargo, personalmente sigo pensando que la supuesta "sinceridad" no puede ocultar su "codicia".
Siempre pienso en las enseñanzas del monje del antiguo templo del pueblo, de que cuando se va al templo, lo más importante es hacerlo con el corazón, no ser codicioso, y todo lo que se pide debe ser realista, para no dificultarle las cosas a Buda, lo cual también es crear engaños para uno mismo.
Sé que todos somos iguales: deseamos riqueza, prosperidad y estatus social, pero sobre todo, debe ser con verdadera fuerza y esfuerzo personal, no solo con lo que se llama "sinceridad" escrita en papel. Por supuesto, pedir las primeras palabras de la primavera, si es sincero, también puede considerarse un objetivo que quien las pide debe tener presente y alcanzar. Nunca he pedido más de una palabra al comienzo de la primavera. Un año pido la palabra "bendición", otro año pido la palabra "feliz", otro año pido la palabra "seguro". Porque si tienes "bendición", lo tendrás todo; pedir "feliz" es desear que la suerte te llegue. Paz, suerte, felicidad, lo tendrás todo. Nadie puede cambiar el corazón de las personas como su propia percepción. Ten paciencia para escuchar, aprende, comprenderás, destruirás tus deseos y tus acciones seguramente cambiarán.
Felicidad
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