Como socios estratégicos, la Unión Europea (UE) y Canadá tienen mucho que discutir en la Cumbre, que se celebrará los días 23 y 24 de noviembre en Canadá. Sin embargo, las materias primas son el tema que suscita mayor preocupación.
| De izquierda a derecha: el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el 24 de noviembre. (Fuente: AFP) |
A principios de noviembre, la UE adoptó un acuerdo provisional sobre una ley que identifica 34 materias primas importantes para Europa, 17 de las cuales se consideran estratégicas.
Sin embargo, la UE ha dependido durante mucho tiempo de suministros externos, lo que convierte a las materias primas en su talón de Aquiles y reduce su competitividad y autonomía estratégica. Esta situación se torna aún más urgente cuando China —país que suministra hasta el 98,5 % de las tierras raras a la UE— planea restringir las exportaciones.
Para garantizar una cadena de suministro estable, la Ley de Materias Primas de la UE reconoce la necesidad de encontrar socios fiables. Canadá, como país con las relaciones formales más antiguas con la UE entre los países industrializados desarrollados, es una opción natural.
La ventaja aquí radica, en primer lugar, en que la asociación estratégica UE-Canadá tiene una base sólida fundamentada en dos acuerdos importantes: el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA), que rige las relaciones económicas, y el Acuerdo de Asociación Estratégica (AAE), que define el marco para la cooperación política , exterior y de seguridad entre ambas partes.
Además, Canadá es el principal socio comercial y de inversión de la UE. En 2022, el comercio de bienes y servicios entre ambas partes alcanzó los 147 000 millones de dólares. En ese mismo año, la inversión directa de Canadá en la UE ascendió a 248 800 millones de dólares, lo que representa el 12,5 % de la inversión extranjera directa (IED) total de Canadá en el extranjero.
Resolver el problema de las materias primas ayudará a la UE y a Canadá a avanzar con confianza hacia el objetivo fijado por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, de "hacer crecer la clase media, mejorar la calidad de vida y construir una economía limpia a ambos lados del Atlántico".
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