Filas de salchichas meciéndose al sol - Foto: TRAN DUY
Cuando era niño, el Tet en mi ciudad natal siempre estaba lleno de risas y del aroma de la carne asada y las salchichas rojas. En aquel entonces, las salchichas solo se preparaban durante el Tet porque era un plato especial que la gente de Occidente consideraba un símbolo de "primavera afortunada", que significa abundancia y prosperidad.
Con el tiempo, este plato no se ha limitado a las cocinas familiares, sino que se ha convertido en un símbolo cultural de la región. Hoy en día, Cai Lay ( Tien Giang ) es considerada la "capital de la salchicha fresca", con más de 100 plantas de producción, grandes y pequeñas, que abastecen diariamente el mercado nacional con decenas de toneladas de salchicha.
A pesar de la producción a gran escala, las instalaciones aquí todavía mantienen métodos de procesamiento tradicionales, utilizando vino de arroz para marinar la carne y secándola naturalmente al sol para darle a la salchicha un color rojo brillante, lo que le confiere un sabor inconfundible.
El propietario de una planta de producción en Cai Lay compartió: "Tenemos maquinaria de apoyo, pero pasos importantes como el sazonado y la selección de ingredientes todavía se realizan completamente a mano.
La carne de cerdo magra fresca se muele finamente y se marina con vino de arroz, ajo, azúcar y pimienta entera para conservar su rico sabor.
La manteca debe cortarse en cubos pequeños, luego marinarse con azúcar y dejarse secar al sol durante aproximadamente dos horas, hasta que esté transparente, y luego mezclarse con la carne.
Cada paso se cuida con esmero para que la salchicha conserve su sabor dulce y graso natural, con un ligero aroma a vino de arroz, típico de la salchicha Cai Lay.
Para mí, la salchicha no es solo un plato, sino también un vínculo entre generaciones en la familia . Recuerdo cuando era niño, toda la familia se reunía para preparar la carne, embutir las salchichas y colgarlas en un palo para que se secaran al sol.
Los abuelos contaban historias del antiguo Tet, los padres nos enseñaban a sazonar con especias y nosotros, los niños, contábamos con impaciencia los días que faltaban para el Tet y así poder disfrutar de nuestros platos favoritos.
Hoy en día, aunque la salchicha se produce comercialmente, creo que este plato aún conserva su valor cultural.
El Tet no es solo un momento para la reunión familiar, sino también una oportunidad para que las generaciones miren hacia atrás, compartan y preserven los valores tradicionales.
Una anciana de Cai Lay confesó: "Los niños están ocupados ahora, pero cada vez que ven la fragante salchicha frita, se sientan a comer conmigo. Este plato une a toda la familia".
En un contexto social cambiante, no es fácil para un plato tradicional como la salchicha mantener su posición en el mercado. Sin embargo, el éxito de estos establecimientos demuestra cómo la tradición puede integrarse sin perder su identidad.
Las instalaciones aquí presentes han aplicado tecnología para aumentar la productividad, pero aún conservan los sabores tradicionales mediante la selección de ingredientes naturales y la preservación de los pasos básicos del procesamiento.
Desde las antiguas casas donde se elaboraban embutidos artesanalmente con mucho cariño, hasta hoy este producto se ha convertido en una gran marca que abastece a todo el país. Pero lo que más me enorgullece es que, a pesar de la modernización, los embutidos aún conservan su esencia rústica .
Para mí, la temporada del Tet no está completa sin el sabor de la salchicha fresca. Es un sabor que me trae recuerdos de mi infancia, de los días en que toda la familia se reunía alrededor del fuego y del profundo amor por mi tierra natal presente en cada plato.






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