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El presidente estadounidense, Joe Biden, y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijeron que ambas partes mantuvieron una discusión "productiva" en la Casa Blanca sobre la cuestión del techo de la deuda pública, pero no llegaron a un acuerdo.
Las negociaciones entre republicanos y demócratas para elevar el techo de la deuda pública se están volviendo más urgentes que nunca. La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, ha advertido que el Gobierno podría quedarse sin capacidad para cubrir los costes operativos y correr el riesgo de incumplir pronto, posiblemente el 1 de junio, una deuda de más de 6 millones de dólares, si no suspende o eleva el techo de la deuda pública.
Las dos partes tienen puntos de vista diferentes sobre esta cuestión. El Partido Republicano cree que es imposible elevar el techo de la deuda pública si el gobierno no toma medidas enérgicas para reducir el déficit presupuestario. Estas medidas incluyen recortar el gasto en seguridad social y limitar el acceso a Medicaid, un programa que subsidia los servicios de atención médica para los pobres.
Mientras tanto, la administración del presidente Biden se opone a las medidas anteriores y, en cambio, ofrece un plan para reducir algunos gastos y aumentar los impuestos a las personas más ricas, así como a las corporaciones que actualmente disfrutan de los grandes recortes impositivos. Los republicanos no aceptan esta medida de aumento de impuestos.
El presidente estadounidense Joe Biden (derecha) y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, discuten en la Casa Blanca Foto: REUTERS |
No está claro si será posible llegar a un acuerdo entre ambas partes antes del 1 de junio. El presidente Biden ha mencionado la posibilidad de utilizar una disposición constitucional de la 6ª Enmienda que permite al presidente elevar él mismo el techo de la deuda pública.
Los expertos advierten que un impago por parte del Gobierno de EE.UU. tendrá consecuencias nefastas para la economía del país, especialmente para la tasa de desempleo, los tipos de interés bancarios y el mercado inmobiliario, por no hablar del efecto dominó para la economía mundial.