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Un estudiante de Van Lang fue grosero: la estudiante de Nhan Van estalló en lágrimas al ceder su asiento a dos veteranos.

Al presenciar la escena en la que los estudiantes de Van Lang eran groseros y ahuyentaban a gritos a los dos veteranos, la estudiante de Nhan Van estalló en lágrimas y rápidamente cedió su asiento con sus amigos a los dos hombres.

Báo Công thươngBáo Công thương03/05/2025

Recientemente, el incidente en el que varios estudiantes varones de la Universidad Van Lang observaban el desfile militar con motivo del 50º aniversario de la Liberación del Sur y el Día de la Reunificación Nacional y utilizaron palabras inapropiadas e irrespetuosas hacia los veteranos de guerra, provocó indignación pública.

Al presenciar el incidente, otro grupo de estudiantes presentes invitó a dos veteranos de edad avanzada a la fila de asientos para presenciar la ceremonia. Esta acción del grupo de Duong Hoang Dung (nacido en 2006, estudiante de primer año de Sociología en la Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Ciudad Ho Chi Minh) se ha propagado como una señal de alerta sobre la gratitud, la moralidad de beber agua y recordar su origen, y el comportamiento humano de los jóvenes en una sociedad moderna.

Nam sinh Văn Lang vô lễ: Nữ sinh Nhân Văn bật khóc nhường chỗ hai cựu chiến binh
Duong Hoang Dung se tomó una foto de recuerdo con un veterano mientras esperaba para ver el desfile que celebraba el 50 aniversario de la Liberación del Sur y el Día de la Reunificación Nacional (Foto: Dan Tri).

No puedo describir el momento en que escuché al veterano que participó en la histórica campaña de Ho Chi Minh exclamar la palabra "dolor". Dijo: "Por suerte, me compadezco. Regresé aquí después de 50 años pensando que sería bienvenido, pero inesperadamente me echaron. ¡Me siento tan miserable!". Al escuchar esas palabras, sentí un dolor punzante en el corazón. Hoang Dung se atragantó.

Cuando me di la vuelta y vi a los dos chicos gritándoles a los tíos, ya estaba llorando. Por suerte, pudimos invitarlos a sentarse con nosotros. Si no los hubiéramos invitado ese día, me habría arrepentido muchísimo —añadió Hoang Dung.

Esas palabras aparentemente dulces tienen un gran peso, el peso de la comprensión, de la emoción ante la realidad, a veces dura, de que hay personas que han consagrado su juventud en medio de las bombas y balas de la guerra, y ahora, viejos y débiles, pueden ser tratados con indiferencia e irrespeto en medio de una ceremonia sagrada.

En el ambiente solemne de la ceremonia, entre aplausos, música animada y la mirada fija en las tropas que pasaban, Hoang Dung y su grupo de amigos realizaron un gesto pequeño, sencillo pero significativo: reservaron asientos para los dos veteranos. No hubo necesidad de formalidades elaboradas, no fue gran cosa, pero fue el profundo respeto lo que conmovió a los testigos.

En una época donde muchos valores tradicionales corren el riesgo de perderse debido al ritmo acelerado de vida y al pragmatismo, estos actos de bondad son una valiosa medicina espiritual, especialmente cuando provienen de las generaciones más jóvenes. Demuestran que, en medio de la infinidad de información y el ajetreo de la vida moderna, aún hay jóvenes que mantienen las raíces de la moral nacional.

“Sé que dentro de 10 o 20 años nos resultará difícil ver en persona a los soldados saliendo de esa lluvia de bombas y balas, y difícil volver a escuchar sus historias reales”, expresó emocionada la estudiante .

La declaración hizo llorar al oyente. Una verdad obvia, pero a veces olvidamos: los veteranos, testigos vivos de la historia, están falleciendo poco a poco. Cada encuentro, cada conversación con ellos, es una conexión directa con el glorioso pasado. No es solo gratitud, sino también la conciencia de preservar la memoria nacional.

Hoang Dung no se detiene en el trabajo; posee una profunda visión de la historia, de la gente y de la forma de vida. Nacida muchos años después de la guerra, ella y su generación no presenciaron directamente la lluvia de bombas y balas. Pero es la sensibilidad, la gratitud y el espíritu humanitario que ha cultivado lo que la ha ayudado a comprender el gran valor del sacrificio.

Si amas a tu país, recuerda amar a quienes lo construyeron. Ama a quienes se han ido y aprecia a quienes aún están aquí.

Las sinceras palabras de Hoang Dung son como un mensaje lleno de humanidad dirigido a todos nosotros, quienes vivimos enpaz y disfrutamos de los frutos que nos dejaron nuestros antepasados. El patriotismo no se expresa con lemas ni acciones superficiales. El patriotismo comienza reconociendo y apreciando a cada persona que ha hecho de la Patria lo que es hoy, ya sean los mártires caídos en la tierra o los veteranos que caminan con calma en la vida cotidiana.

La historia de Hoang Dung no es solo una historia personal. Refleja una mayor responsabilidad: la de las nuevas generaciones de preservar y promover los valores fundamentales de la nación. Si durante los años de resistencia, la generación anterior asociaba el patriotismo con "cortar la cordillera de Truong Son para salvar el país", hoy, el patriotismo puede expresarse viviendo con humanidad y responsabilidad, comprendiendo la historia y actuando con cultura.

No podemos cambiar el pasado, pero sí podemos elegir cómo afrontarlo. La historia no solo está en los libros de texto ni en los museos, sino que está viva y presente en cada persona, cada historia, cada mirada de los veteranos de cabello canoso que aún añoran a sus camaradas que permanecieron en Truong Son.

Las acciones de Hoang Dung y su grupo de amigos demuestran que la juventud actual no es indiferente ni apática, como muchos temen. Al contrario, si se les inspira y acompaña adecuadamente, serán quienes mejor preserven la llama de la tradición nacional.

El momento en que Hoang Dung se emocionó al ver a los dos veteranos siendo tratados irrespetuosamente y el acto de invitarlos a sentarse quedará grabado en la memoria de esa importante festividad como un momento memorable, silencioso pero profundo. Nos recuerda que no es necesario hacer grandes cosas para ser patriota. A veces, basta con ser agradecido, comportarse con moralidad y ser amables unos con otros.

El país no solo se construye con sangre y huesos, sino también con la continuidad del respeto y las buenas acciones de la generación actual. Como dijo Hoang Dung: «Si amas a tu país, ama a quienes lo han construido». Y ese recordatorio resonará por siempre.

Dios Linh

Fuente: https://congthuong.vn/nam-sinh-van-lang-vo-le-nu-sinh-nhan-van-bat-khoc-nhuong-cho-hai-cuu-chien-binh-385870.html


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