Según la agencia de noticias Kyodo, el 16 de junio el gobierno japonés anunció planes para implementar una nueva ley, ajustando las regulaciones para las tiendas de aplicaciones para teléfonos inteligentes para facilitar que otros desarrolladores accedan al mercado más fácilmente, así como aumentar la competitividad en el contexto en que Apple y Google todavía monopolizan este campo.
Los funcionarios japoneses dicen que la nueva ley obligará a los mayores proveedores de sistemas operativos para teléfonos inteligentes, incluidos Apple y Google, a permitir que las tiendas de aplicaciones de terceros se ejecuten en sus sistemas operativos si se determina que son seguros.
Además, la nueva ley no permitirá a los reguladores obligar a los desarrolladores de aplicaciones a utilizar sus pasarelas de pago y podrían imponer sanciones por infracciones.
Icono de la tienda de aplicaciones de Apple.
En respuesta al plan, la oficina de Apple en Japón se opuso a varias propuestas, alegando que la norma pondría en riesgo la capacidad de la compañía para apoyar a los desarrolladores de aplicaciones y proteger la privacidad y seguridad de los usuarios. Apple afirmó que seguiría debatiendo el asunto con el gobierno.
De manera similar, la oficina de Google en Japón afirmó que "promovería discusiones constructivas con las partes interesadas de la industria y el gobierno".
La decisión de endurecer las regulaciones se produce después de que Google instara al gobierno a adoptar una postura cautelosa para garantizar los intereses de los consumidores y no desalentar la innovación de los desarrolladores de aplicaciones.
Android de Google y iOS de Apple dominan actualmente el mercado de sistemas operativos.
Como resultado, los clientes se verán obligados a utilizar las respectivas tiendas Google Play y App Store, mientras que los desarrolladores de aplicaciones también tendrán que cumplir con las políticas y regulaciones establecidas por los dos gigantes tecnológicos.
Los funcionarios japoneses dicen que esto da como resultado tarifas elevadas que los desarrolladores de aplicaciones deben pagar a Google y Apple sin suficiente transparencia en el proceso de selección de las aplicaciones, al tiempo que obstaculiza la innovación en aplicaciones móviles y limita la elección del consumidor.
Sin embargo, la apertura de nuevas tiendas de aplicaciones también plantea problemas de seguridad, ya que suponen riesgos para la seguridad de los datos personales y podrían facilitar la propagación de aplicaciones maliciosas.
Según VietnamPlus
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