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Después de décadas de intenso debate, el Partido Comunista de Cuba ha permitido que empresas privadas operen. Desde 2021, los cubanos pueden crear pequeñas y medianas empresas, que pueden emplear hasta 100 personas. Se han registrado más de 8.000 empresas privadas.
Heladería privada en Cuba |
El sector privado está creciendo con fuerza nuevamente, lo que se traduce en mayor productividad. Roberto Rojas, quien cuelga un retrato de Fidel Castro en su oficina, fundó Rojas Dairy hace casi dos años en la ciudad de Güines, en el oeste de Cuba. En la actualidad su empresa emplea a 28 personas que elaboran yogur y helado.
Según la cadena de televisión Al Jazeera, Roberto Rojas citó que en países socialistas como China y Vietnam, las empresas privadas prosperan y logran muchos éxitos. Lácteos Rojas es un modelo de empresas jóvenes, innovadoras y socialmente responsables. Es importante destacar que, para un país con problemas económicos, donde llevar una comida decente a la mesa se ha convertido en una tarea más difícil en los últimos años, el negocio de producción de alimentos es aún más valioso. La leche se compra al Estado, mientras que el cacao, los estabilizantes y los colorantes se importan del extranjero. Los habitantes del pueblo trajeron sus propias botellas y envases para comprar el yogur que podían permitirse. Y gracias a la producción local, la heladería del pueblo, que llevaba una década cerrada, reabrió recientemente. Los empleados de Rojas Dairy están aumentando y reciben salarios generosos.
La heladería privada de Roberto Rojas |
“La diferencia es enorme”, dijo Jakcel Conteras, ex asistente veterinario que ahora es uno de los cientos de miles de cubanos que trabajan en el sector privado.
Recientemente también han surgido otros pequeños negocios alrededor del centro de Güines, principalmente kioscos que venden productos importados como aceite de cocina, papel higiénico y detergentes. Algunos lugareños parecían contentos con la elección.
“Fue lo mejor que hizo el gobierno”, dijo Luís Alberto Rodríguez, hablando del gobierno mientras hacía compras en bicicleta. De hecho, en los negocios privados cubanos es donde hoy en día se pueden encontrar más productos.
La expansión del sector privado ha estado en la agenda del Partido Comunista de Cuba durante más de una década, pero el gobierno cubano ha sido cauteloso en la implementación del programa. Raúl Castro, durante su presidencia de 2006 a 2018, intentó acelerar las cosas.
Desde 2020, debido a dificultades presupuestarias, los cubanos han tenido que acostumbrarse a hacer filas de horas todos los días para recibir alimentos bajo el sistema de racionamiento del Estado. En este contexto, el sector privado está aumentando la oferta y está en camino de importar bienes por valor de 1.000 millones de dólares en 2023.
Emily Morris, economista del University College de Londres, dijo que había cierta preocupación por una fuga de cerebros, ya que el nuevo sector privado parecía estar succionando gente del sector público en algunos casos. Esto significa que puestos importantes en agencias gubernamentales están vacantes. Y eso probablemente significa que la calidad de los servicios que el Estado proporciona a sus ciudadanos disminuirá. Sin embargo, pese a ser conscientes de los problemas, los empresarios privados siguen expandiéndose.
El señor Yulian Granados, propietario de la empresa Rutami, especializada en la fabricación de juguetes de madera, se mostró entusiasmado al hablar de sus planes. En medio del remolino de aserrín mientras las máquinas tallan bloques de madera, dijo que encuentra “satisfactorio” trabajar para sí mismo. Él cree que el sector privado nunca podrá ser eliminado y ahora es esencial para el futuro de Cuba. “Hay oportunidades dondequiera que mires”, dijo. Si quieres crear un producto, casi no hay competencia. Así que hay muchos nichos que atacar.
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