Pocos niños saben afilar tiras de bambú, medir papel y alinearlas correctamente. Yo luchaba con las tiras de bambú deformadas y el fino papel blanco, torpe como un pajarito aprendiendo a volar. Mi padre estaba sentado allí, bajo la lámpara de aceite amarilla, mirándome con los ojos entrecerrados. Entonces sonrió con dulzura, me quitó el desastre de la mano y dijo: «Déjame hacerlo».
Con sus manos ásperas, mi padre comenzó a trabajar meticulosamente. Afeitó cada palito de bambú, dejándolo fino pero flexible; cortó papel blanco para pegarlo como la superficie del abanico, tan plano como si estirara un lienzo a la espera de ser pintado, doblando cuidadosamente cada pequeño pliegue. Luego, con una destreza que solo comprendí mucho más tarde, también cortó un par de pájaros en papel de colores y los pegó entre la superficie del abanico, como si le diera vida a esa sencilla artesanía. Esa noche, me senté junto a mi padre, escuchando el alegre chasquido del cuchillo de bambú, escuchando su respiración pausada mezclada con el sonido de los insectos en el jardín. Algo cálido se coló en mi corazón, un tipo de amor que, de jóvenes, solo sabíamos recibir, sin saber cómo nombrarlo.
Unos días después, cuando entregué mi producto, era el único de la clase que lo había terminado. Los demás abanicos eran solo trozos de papel torpemente doblados, pero el mío era resistente y hermoso. La maestra lo sostuvo con ternura, asintiendo con la cabeza en señal de aprobación, con los ojos brillantes de satisfacción. Mis amigos se acercaron para mirar y exclamaron: "¡Qué bonito! ¿Quién recortó y pegó ese pájaro?".
Me sonrojé, avergonzado. No me atreví a apropiarme de todos los elogios de ese día. En mi corazón, solo sentí una oleada de orgullo, orgullo por mi padre, un campesino analfabeto, pero que había creado una obra con todo su corazón y sofisticación.
Pasaron los años, ese abanico de papel se perdió entre las mudanzas, los cambios de escuela, los sobresaltos de la vida. Pero el recuerdo de aquella noche haciendo la tarea a mano sigue intacto, como el agua cristalina que guarda la imagen del pasado, sin desvanecerse jamás.
Crecí, dejé atrás el pobre techo de paja, recorrí grandes ciudades iluminadas. Pero cuanto más avanzaba, más me daba cuenta de que las luces urbanas no podían calentarme el alma como una noche con mi padre y el sonido de los cuchillos pelando bambú en el pasado. Hubo noches sentada junto a la ventana, mirando las calles enroscadas en la niebla; extrañé las manos de mi padre, extrañé el sonido del viento en el jardín, extrañé la forma en que mi padre me daba su amor en silencio sin necesidad de decir una palabra.
Entonces, un día, al regresar a mi pueblo natal tras muchos años de duro trabajo, rebusqué en la vieja casa, en una caja vieja, y encontré el viejo abanico: el papel estaba amarillento, las láminas de bambú estaban quebradizas y rotas, los pájaros de papel estaban descoloridos, como recuerdos que se desvanecen con el paso de los años. Sostuve el abanico temblando, como si me aferrara a mi infancia, a la imagen de mi padre, que me amaba en silencio con sus manos trabajadoras.
Mi padre ya es viejo, con la espalda encorvada como un arco tenso. Sus manos ya no son ágiles, pero sus ojos siguen siendo castaños oscuros, persistentes y llenos de amor. Me acerqué, le tendí el viejo abanico y le pregunté con voz entrecortada: "¿Todavía recuerdas este abanico?". Mi padre entrecerró los ojos, lo miró largo rato y sonrió, una sonrisa que contenía el verano, el otoño y todas las estaciones amorosas de la vida.
El abanico de papel, un pequeño objeto hecho a mano, resultó ser un tesoro que llevé conmigo toda la vida. No solo me refrescaba en los calurosos días de verano, sino también en los días de más calor, recordándome a mi padre y a mis recuerdos de infancia. Y aunque han pasado muchos años y mi pelo se ha vuelto blanco, sigo orgullosa de mi padre, quien no solo me refrescaba en las tardes de verano, sino también para toda una vida de amor...
Hola amor, temporada 4, tema "Padre" se lanzó oficialmente a partir del 27 de diciembre de 2024 en cuatro tipos de prensa e infraestructura digital de Radio - Televisión y Periódico Binh Phuoc (BPTV), prometiendo llevar al público los maravillosos valores del sagrado y noble amor paternal. |
Fuente: https://baobinhphuoc.com.vn/news/19/173188/quat-mat-mot-doi-thuong
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