Los puertos USB para coche están diseñados para tareas de bajo consumo que no requieren un flujo de energía constante. Además, consumen menos corriente que los dispositivos que requieren más de 2 A, lo que hace que su carga sea muy lenta. Al igual que la carga rápida, una carga demasiado lenta también dañará rápidamente la batería.
No se recomienda cargar la batería del teléfono inteligente en el automóvil
Casi todos los smartphones del mercado utilizan baterías de iones de litio en lugar de las antiguas baterías de níquel-hidruro metálico o níquel-cadmio, que tenían ciclos de carga muy limitados y tiempos de uso muy cortos. Las baterías de iones de litio tienen la desventaja de ser sensibles a la temperatura, por lo que si la temperatura dentro del coche es demasiado alta o demasiado baja, afectará su vida útil.
Además, si se sobrecargan (es decir, si se mantienen enchufadas durante mucho tiempo), la temperatura de la batería aumenta y puede hacerlas susceptibles a incendiarse, ya que los disolventes orgánicos de sus celdas son muy inflamables. Esto puede ocurrir fácilmente si se utilizan cables inadecuados, especialmente cables de carga no originales.
Muchos usuarios usan cables de carga no originales para cargar sus teléfonos a través de los puertos USB. Estos cables, además de ralentizar la carga, también causan problemas con los circuitos del dispositivo y no desconectan automáticamente el cargador cuando la batería está al 100 %, lo que puede degradarla y reducir su vida útil.
En el caso de la carga inalámbrica en algunos coches modernos, la mayoría utiliza protocolos de carga inductiva, lo que aumenta el rendimiento del teléfono. Además, genera más calor y consume más energía del coche para cargar la batería. Según los cálculos de OneZero, la carga inalámbrica consume un 47 % más de energía para cargar un teléfono de 0 a 100 % que la carga con cable.
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