Cuanto más simple, más efectivo.
La tendencia actual de entretenimiento del público no se limita a programas de televisión atractivos, cantantes y actores famosos, sino que se extiende a muchos ámbitos de la vida. Desde ahí, las historias creativas van ganando popularidad, inspirando a los jóvenes y convirtiéndose poco a poco en una verdadera profesión. El número de creadores de contenido aumenta con el tiempo, aunque siguen fieles a la fórmula tradicional: encontrar un nicho de contenido, grabar vídeos para compartir y publicar en plataformas adecuadas. En su forma más básica, este trabajo no requiere inversión en herramientas profesionales ni en un gran equipo, y es accesible para la mayoría de los jóvenes. Con el desarrollo de programas de edición de fotos y vídeos, y el auge del formato de vídeo vertical, la creación de contenido es más sencilla que nunca.
La narrativa creativa ha comenzado a tomar un nuevo rumbo. En lugar de buscar su propio nicho, muchos creadores optan por generar contenido que exprese la vida de forma sincera y sencilla. Esta dirección creativa tiene potencial de desarrollo, ya que muestra muchos aspectos interesantes de la vida, reflejando la personalidad y el estilo del narrador. Por su parte, muchos disfrutan de los videos cotidianos porque encuentran empatía. Estos contenidos sencillos penetran en la mente de los espectadores de forma sutil pero efectiva. Gracias a la energía positiva y la inspiración especial que transmiten los creadores, muchas personas también se apoyan en ellos para imaginar una vida ideal, un estilo de vida digno de imitar. Se podría decir que esta es una fórmula común para todos: desde principiantes hasta personas famosas.
El éxito conlleva desafíos.
Cuanto más conveniente es, más difícil resulta para los creadores mantenerse vigentes. La dificultad objetiva radica en encontrar un espacio en un entorno saturado de contenido; la dificultad subjetiva, en mantenerse fieles a su propósito original al abrir un canal, asegurándose de ofrecer contenido útil y de no confundir los intereses de todas las partes: ellos mismos, las marcas, los socios y los seguidores. Por otro lado, los creadores deben comprender claramente el contenido que crean y evitar transmitir información falsa, lo que podría generar desacuerdos y discusiones.
Tras compartir en vídeo su experiencia de estudiante en Alemania, Thach Trang (propietaria del canal de YouTube my20s, con más de 560.000 seguidores) se ha convertido en un fenómeno juvenil. Su popularidad no se limita a millones de visualizaciones y miles de comentarios, sino que también incluye un magnífico encuentro con la Academia Nacional de Música de Vietnam. Sin embargo, esta youtuber se encuentra actualmente envuelta en controversias por el uso no autorizado de sus pinturas con fines comerciales, la falta de transparencia en el pago de beneficios a voluntarios y la falta de veracidad de las historias que cuenta en sus vídeos.
No solo Thach Trang, sino también algunos vloggers famosos (narradores de historias en vídeo) del ámbito de la vida han incursionado en actividades comerciales, como recibir productos publicitarios, marketing de afiliación y lanzar sus propias marcas. Aunque se ganaron el cariño del público con la promesa de no comercializar el contenido de sus historias, muchos creadores se han visto envueltos en escándalos relacionados con la publicidad excesiva, la venta de productos a precios elevados y el lanzamiento de diseños plagiados. Saber cuándo parar, estar bien informados y conocer la ley son requisitos fundamentales para que muchos KOL/KOC aprendan a corregir sus errores. En cuanto a la ética, existen infracciones que no se resuelven legalmente, pero que se rigen por normas éticas. Estos son temas que ningún manual puede enseñar de forma sistemática y detallada. Cada incidente es una advertencia para quienes se incorporan o se incorporarán al mundo de la creación de contenido. Asimismo, sirve como ejemplo para que los jóvenes comprendan mejor el verdadero papel y la responsabilidad de quienes son considerados "ídolos".
Cada ámbito tiene sus propias reglas, y la creación de contenido no es la excepción. El desarrollo de las plataformas digitales y el éxito de los creadores de contenido han creado un panorama prometedor para este sector. Sin embargo, si los jóvenes solo se dejan llevar por el éxito y se lanzan a la acción sin comprender las reglas, esto conllevará errores innecesarios. Cada incidente no solo afecta al individuo, sino que también erosiona la confianza del público y perjudica a otros creadores que se esfuerzan a diario.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/thach-thuc-cua-nghe-sang-tao-post814967.html






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