Miles de millones de personas en todo el mundo carecen de acceso adecuado a uno de los elementos más esenciales de la vida: agua potable.
Si bien los gobiernos y las organizaciones de ayuda han realizado esfuerzos para ayudar a las personas que viven en zonas con escasez de agua o estrés hídrico a acceder a agua limpia, se espera que el problema de la escasez de agua limpia se agrave debido al cambio climático y al crecimiento demográfico.
El estrés hídrico puede tener graves consecuencias, incluso para la salud pública, el desarrollo económico y el comercio mundial. Incluso promueve la migración y causa conflictos.
Entonces, ¿qué es el estrés hídrico?
El estrés o escasez hídrico se produce cuando la demanda de agua utilizable y segura en una zona determinada excede la oferta.
Del lado de la demanda, la mayor parte del agua dulce del mundo (alrededor del 70%) se utiliza para la agricultura, mientras que el resto se divide entre fines industriales (19%) y domésticos (11%).
Del lado de la oferta, hay dos fuentes principales: aguas superficiales, como ríos, lagos, presas, y aguas subterráneas.
Se espera que la escasez de agua limpia se agrave debido al cambio climático y al crecimiento demográfico. (Foto: Reuters).
Hay dos tipos de escasez de agua: la escasez natural, cuando faltan recursos hídricos debido a las condiciones ecológicas locales, y la escasez económica, cuando la infraestructura hídrica es inadecuada.
Estos dos problemas a menudo ocurren juntos y causan estrés hídrico. Por ejemplo, en lugares con estrés hídrico, la escasez de agua se produce cuando las precipitaciones son bajas (escasez natural) y faltan instalaciones de almacenamiento de agua (escasez económica).
Los expertos también dicen que si bien las causas naturales contribuyen al grave estrés hídrico en una región, los factores humanos todavía se consideran centrales en el problema, especialmente cuando se trata del acceso al agua potable y al saneamiento seguro.
Por ejemplo, en Omán y el suroeste de Estados Unidos, zonas con escasez de agua, el desarrollo de infraestructura hídrica ha ayudado a estos lugares a resolver el estrés hídrico, creando condiciones para el desarrollo de la vida.
¿Qué lugares están más afectados por la escasez de agua?
Según los expertos, la región de Oriente Medio y el Norte de África es la más afectada por el estrés hídrico en forma de escasez natural.
En comparación con otras regiones del mundo, estos dos lugares registran precipitaciones anuales promedio mucho menores, mientras que los países de estas dos regiones están experimentando una expansión de centros urbanos con poblaciones en constante aumento, lo que ejerce mayor presión sobre los recursos hídricos.
Sin embargo, los países más ricos de ambas regiones aún satisfacen plenamente las necesidades de agua de sus habitantes. Por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) importan casi todos sus alimentos, lo que reduce su demanda de agua para la agricultura.
Los Emiratos Árabes Unidos y varios países de la región también dependen en gran medida de la desalinización para producir agua dulce, aunque este proceso requiere un alto consumo de energía y es costoso.
La región de Oriente Medio y el Norte de África es la más afectada por el estrés hídrico. (Foto: UNICEF).
Mientras tanto, los lugares que sufren estrés hídrico en forma de escasez económica incluyen países de África central como la República Democrática del Congo, que disfrutan de abundante lluvia pero carecen de infraestructura adecuada y sufren altos niveles de mala gestión.
Incluso los países de altos ingresos sufren estrés hídrico. Factores como la infraestructura obsoleta y el rápido crecimiento demográfico han ejercido una gran presión sobre algunos sistemas de agua en estos lugares.
Los expertos de las Naciones Unidas afirman que por cada grado Celsius de aumento en la temperatura media global, los recursos hídricos renovables disminuirán en un 20%.
El calentamiento global ampliará las zonas de estrés hídrico y aumentará la presión en áreas ya gravemente afectadas por la escasez de agua.
Impacto en la salud pública y el desarrollo económico
El estrés hídrico a largo plazo no sólo causa graves consecuencias para la salud pública sino que también afecta el desarrollo económico.
Más de 2.000 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a agua potable y casi la mitad de la población mundial carece de acceso a servicios de saneamiento seguros. Esto conduce a la transmisión de enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea, la polio, la hepatitis A y la diarrea.
Los niños corren un mayor riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el agua. (Foto: UNICEF).
Además, la escasez de agua dificulta la producción agrícola, amenazando así la seguridad alimentaria mundial. La agricultura será el sector más afectado por el estrés hídrico.
La agricultura se ve afectada a medida que las precipitaciones se vuelven más impredecibles y el aumento de las temperaturas hace que el agua se evapore del suelo más rápidamente. También se espera que los climas más erráticos provoquen más inundaciones, lo que provocará pérdidas de cosechas y sobrecargará la infraestructura de almacenamiento de agua.
La escasez de alimentos provoca hambre aguda y crónica, y los niños corren un riesgo especial de padecer enfermedades relacionadas con la desnutrición, así como enfermedades crónicas causadas por una dieta deficiente, como la diabetes.
Incluso si algunas zonas que actualmente experimentan estrés hídrico tienen acceso confiable a agua limpia, la gente todavía tiene que pasar mucho tiempo viajando a fuentes de agua y haciendo cola para obtener agua, tiempo que podría usar trabajando o yendo a la escuela, dicen los expertos.
Esto provoca una disminución de la productividad, lo que conduce a un crecimiento económico más lento.
La pandemia de Covid-19 ha aumentado la necesidad de acceso a agua potable. El lavado de manos es una de las medidas necesarias para hacer frente a las epidemias. Sin embargo, los expertos en salud señalan que tres de cada 10 personas no tienen agua en casa para lavarse las manos.
Soluciones para la resolución de problemas
La comunidad internacional ha estado trabajando unida para abordar la crisis del agua, que tiene un impacto directo e inmediato en los medios de vida humanos.
Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible de los servicios de agua y saneamiento para todos es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Naciones Unidas también califica la gestión del agua como “un componente esencial de casi todas las estrategias de mitigación y adaptación”, advirtiendo de la creciente fragilidad de la infraestructura hídrica convencional y ofreciendo una gama de alternativas verdes. Como embalses costeros y sistemas de agua alimentados con energía solar.
La gestión sostenible del agua es uno de los focos de atención de las Naciones Unidas. (Foto: UNICEF).
Sin embargo, actualmente no existe un marco global para abordar el estrés hídrico, similar al que se utiliza para combatir el cambio climático o conservar la biodiversidad.
La Cumbre del Agua de las Naciones Unidas está prevista para marzo de 2023, la primera desde 1997, pero todavía no se ha establecido un marco internacional.
En cambio, la cumbre estableció el puesto de Enviado Especial de las Naciones Unidas para el Agua y vio a cientos de gobiernos, organizaciones sin fines de lucro y empresas firmar un Plan de Acción del Agua que los analistas llamaron un paso importante pero insuficiente hacia un acuerdo vinculante entre los gobiernos del mundo.
Algunos gobiernos y organizaciones pertinentes han logrado avances en el aumento del acceso a los servicios de agua. Entre 2000 y 2017, el número de personas que utilizan servicios de agua potable y saneamiento aumentó del 10% al 17%.
Sin embargo, el rápido ritmo del cambio climático y la pandemia de Covid-19 han planteado nuevos desafíos, ya que muchos países ahora dicen que es poco probable que implementen sistemas integrados de gestión del agua para 2030, la fecha en que se alcanzarán los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Mientras tanto, muchos países están tomando medidas ambiciosas e innovadoras para mejorar la seguridad hídrica que podrían servir de modelo para otros.
En primer lugar, la infraestructura verde. Perú exige a las empresas de agua que reinviertan parte de sus ganancias en infraestructura verde que utilice plantas, suelo y otros sistemas naturales para almacenar el agua de lluvia. Vietnam ha tomado medidas similares para integrar la infraestructura hídrica natural y tradicional.
En segundo lugar, reciclar las aguas residuales. Cada vez hay más lugares que reciclan aguas residuales para convertirlas en agua potable. Las fábricas de China y Estados Unidos también han convertido los subproductos del tratamiento de aguas residuales en fertilizantes.
En tercer lugar, construir una agricultura inteligente. El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y la edición del genoma también están impulsando avances para la industria agrícola. China se ha convertido en un líder mundial en cultivos biotecnológicos para producir mayores rendimientos y mejor resistencia.
Yongkang (CFR)
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