Según Daily Sabah, los dos puestos más importantes en el nuevo gabinete que han atraído la atención pública son el puesto de Ministro de Asuntos Exteriores , otorgado al Sr. Hakan Fidan, jefe de la Organización de Inteligencia Nacional (MIT), y el puesto de Ministro de Hacienda y Finanzas ocupado por el Sr. Mehmet Şimşek. El Sr. Mehmet Şimşek fue muy apreciado por los expertos cuando ocupó el cargo de Ministro de Hacienda y Finanzas y luego Viceprimer Ministro de Turquía entre 2009 y 2018. Los otros dos puestos importantes son el de Vicepresidente, otorgado a Cevdet Yilmaz, un gerente económico, y el de Ministro de Defensa, ocupado por el general Yasar Guler. También se han nombrado otros puestos clave en el nuevo gabinete.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, habla durante su ceremonia de investidura en Ankara, el 3 de junio. Foto: Agencia Anadolu

Más temprano ese mismo día, el Sr. Erdogan fue juramentado como Presidente de Turquía para el período 2023-2028 en una ceremonia solemne, a la que asistieron muchos jefes de estado y una serie de funcionarios de alto rango de 78 países y organizaciones internacionales como: el Presidente de Venezuela Nicolás Maduro, el Primer Ministro de Hungría Viktor Orban, el Primer Ministro de Armenia Nikol Pashinyan, el Secretario General de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) Jens Stoltenberg...

Al Jazeera comentó que todos los acontecimientos en torno a las elecciones presidenciales turcas, así como la formación del nuevo gabinete del país, han atraído especial atención de la opinión pública mundial. Esto se debe a que sus enormes implicaciones no se limitan al país con el segundo ejército más fuerte de la OTAN, sino que también tienen un impacto significativo en la seguridad de Europa y Oriente Medio.

La administración del presidente Erdogan —el líder de Turquía con más años en el poder— ha transformado al país en un actor global en sus dos décadas en el poder; implementar políticas nacionales de modernización a través de megaproyectos de construcción de puertos y aeropuertos; creando un avance en la industria armamentística; llevar a cabo negociaciones para unirse a la Unión Europea; promover el crecimiento económico para ayudar a millones de personas a escapar de la pobreza; la abolición de la obligación de que las mujeres lleven pañuelo en la cabeza, el derecho a trabajar en el sector público y la libertad de asistir a la universidad...

Sin embargo, la política económica de bajas tasas de interés aplicada por la administración del presidente Erdogan durante su mandato anterior ha causado una crisis del costo de vida y una inflación galopante. La lenta respuesta del gobierno al devastador terremoto en el sureste de Turquía que mató a más de 50.000 personas a principios de este año también provocó críticas del ex gabinete de Erdogan. Por estas razones, el público espera con interés ver qué cambios de política pueden introducir los nuevos ministros del gabinete para ayudar al país a escapar del atolladero socioeconómico.

En el ámbito de asuntos exteriores, con su ubicación estratégica en la encrucijada de Asia y Europa y una industria de defensa que recientemente ha logrado avances espectaculares, Turquía ha surgido como una potencia regional y un centro de mediación global, pero también es un socio difícil.

A pesar de ser miembro de la OTAN, Ankara se niega a seguir el ejemplo de Estados Unidos y Occidente y aplicar duras sanciones a Moscú. Por un lado, Turquía continúa cultivando relaciones amistosas con Rusia y los países del Golfo, y por otro lado, desempeña activamente el papel de mediador internacional y fortalece el poder blando a través de actividades diplomáticas. Turquía negoció el acuerdo de la Iniciativa del Corredor de Granos del Mar Negro, que liberó millones de toneladas de trigo atrapadas en el conflicto entre Rusia y Ucrania, ayudando a evitar una crisis alimentaria mundial.

La opinión pública todavía recuerda que Ankara una vez bloqueó los esfuerzos de Suecia y Finlandia por unirse a la OTAN, acusando a los dos países nórdicos de albergar fuerzas terroristas kurdas. La medida es un claro ejemplo de cómo Ankara promueve sus intereses nacionales independientemente de las estructuras de alianza existentes. Esta es también la razón por la que Turquía, bajo el gobierno de Erdogan, es conocida como el "dolor de cabeza crónico" de Occidente, como lo describe AP. ¿Seguirá el nuevo gabinete del gobierno de Ankara aplicando una política exterior independiente y no alineada, centrándose en mantener la autonomía estratégica en un mundo en constante cambio? Esa pregunta lleva tiempo para responderse.

HA PHUONG