>>> Lección 1: “Abriendo camino” para las personas con discapacidad
Muchas barreras
Sentada con la espalda apoyada en el porche, la Sra. Vo Thi Le Hang (nacida en 1987), de la ciudad de Nong Truong Viet Trung (Bo Trach), suspiró con tristeza. Desde hace dos semanas está sentada en casa, sin poder ir al mercado a vender todos los días porque el dueño del local donde vende lo está reparando. Debido a su discapacidad motora, la Sra. Hang solía obtener ingresos adicionales haciendo pinturas de diamantes, pero el número de clientes disminuyó gradualmente y luego desapareció. Sin darse por vencida, importó algunos artículos, como: pinzas para el cabello, mascarillas, pulseras… para vender. Aunque sólo gana unas pocas decenas de miles de dongs, suficientes para cubrir pequeños gastos, ese trabajo la hace sentir útil. Y ahora, cuando no puede ir al mercado a vender, se siente vacía e incómoda...
A pesar de las dificultades, ella siempre deseó aprender una profesión para tener un trabajo estable, mantenerse y aligerar la carga de su familia, pero la oportunidad parecía no haber "tocado a la puerta". Desde hace muchos años no ha tenido la oportunidad de entrar a ningún curso de formación profesional, no porque no quiera, sino porque no está conectada, le falta información y no existe un modelo de formación profesional para personas con discapacidad severa como ella. Ojalá hubiera una clase de formación profesional cerca de casa, alguien que me ayudara cuando la necesito. Pero mi salud es delicada y no puedo moverme, así que no puedo soñar mucho —dijo lentamente, con los ojos llenos de tristeza.
La historia de la Sra. Hang no es única. En la provincia aún hay muchas personas con discapacidad en una situación similar: quieren aprender un oficio pero no tienen las condiciones mínimas para acceder a él. La mayoría de ellos tienen discapacidades severas, no tienen familiares que los cuiden regularmente, viven en zonas remotas o no participan en organizaciones o asociaciones para conectarse con la información.
Toda persona con discapacidad tiene el sueño de vivir una vida útil. Sin embargo, el camino desde los sueños hasta las clases profesionales, los trabajos adecuados… todavía tiene muchos vacíos que no se pueden llenar. El primer obstáculo es la salud y la movilidad. Sin vehículos especializados ni compañeros habituales, muchas personas con discapacidad optan por permanecer tras la puerta de sus casas, aunque todavía tienen un fuerte deseo de aprender un oficio y trabajar.
La mayoría de los modelos actuales de formación profesional siguen todavía un enfoque "masivo", que tiene poco en cuenta las características de cada grupo objetivo, carecen de conexiones de salida o no van acompañados de capital de apoyo, carecen de formas de formación flexibles, como: formación profesional a domicilio, aprendizaje a distancia, aprendizaje por vídeo o profesores móviles... Además, la falta de información y de conexión también es una barrera importante. No todas las personas con discapacidad conocen los programas gratuitos de formación profesional; Mientras que las organizaciones de base aún no han cumplido su papel de intermediarios de conexión; No existe un mecanismo para encuestar y hacer un listado detallado de las personas con discapacidad según sus necesidades y capacidades de formación profesional.
Según la Sra. Nguyen Thi Phuong Hao, directora del programa (AEPD Quang Binh), otra barrera son las condiciones socioeconómicas y la infraestructura de las localidades. En las zonas rurales y montañosas, las carreteras son difíciles de transitar y los medios de transporte para personas con discapacidad son casi inexistentes. Si bien la mayoría de las clases de capacitación vocacional se realizan en ubicaciones centrales, la participación de las personas con discapacidad es aún más remota. Además de esto, la timidez y el complejo de inferioridad de las PCD y el prejuicio de la sociedad, que ve a las PCD como "objetos que necesitan ayuda" en lugar de "trabajadores que necesitan oportunidades", hace que muchas PCD sean excluidas del mercado laboral y no evaluadas en función de sus verdaderas capacidades.
No dejemos atrás a los discapacitados
El empleo no sólo es una fuente de ingresos, sino también la “clave” para ayudar a las personas con discapacidad a afirmar su autoestima e integrarse en la sociedad. Abrirles la “puerta del trabajo” no es responsabilidad de ningún individuo, sino que es necesario para una sociedad civilizada, justa y humana.
La Sra. Vo Thi Le Hang espera recibir una clase de formación vocacional cerca de su casa, una recomendación del gobierno local y una mano que la lleve a esta pequeña pero esperanzadora comunidad trabajadora. Para ella y cientos de otras personas con discapacidad, aprender un oficio y trabajar no se trata sólo de ganarse la vida. Así afirman que siguen siendo útiles y pueden aportar a su familia y a la sociedad a su manera. Un día, el pequeño rincón del mercado será reparado y la Sra. Hang tendrá nuevamente un lugar donde vender productos y ganarse la vida. Pero más que eso, lo que ella necesita es aspirar a otra oportunidad: aprender un oficio, trabajar en casa y vivir al máximo su pequeño sueño.
Al 1 de abril de 2025, en toda la provincia hay 27.026 personas con discapacidad que reciben prestaciones regulares; De ellas, 5.345 personas con discapacidad grave y 21.681 personas con discapacidad grave, cientos de personas con discapacidad están siendo atendidas en instalaciones de protección social en la provincia. |
Para que el sueño de la Sra. Hang y el de muchas otras personas con discapacidad se haga realidad, es necesario definir claramente que la formación profesional para las personas con discapacidad no puede seguir objetivos rígidos ni implementarse de manera superficial. Es necesario diseñar modelos que se adapten a las capacidades, la salud y las condiciones de vida de cada persona; construir una red de conexiones desde las autoridades locales, asociaciones y organizaciones hasta empresas y filántropos. Cada localidad debe recorrer todos los callejones y tocar todas las puertas de forma proactiva, elaborar una lista específica de personas con discapacidad que necesitan aprender un oficio y tienen la posibilidad de acceder a él, y a partir de ahí, desarrollar un plan de capacitación práctica y políticas complementarias, como: apoyo para vivir mientras aprenden un oficio, proporcionar capital después de estudiar, orientar la producción, etc. Más importante aún, es necesario cambiar la conciencia no solo de la sociedad, sino también de cada persona con discapacidad, de que las personas desfavorecidas aún pueden contribuir a la creación de valor si se les brindan las condiciones adecuadas en el momento oportuno y de la manera adecuada”, enfatizó la Sra. Nguyen Thi Phuong Hao.
Para las personas con discapacidad, vivir una vida útil no es un privilegio sino un derecho legítimo. Y es responsabilidad de la comunidad encontrar la manera de acercarse a los más desfavorecidos, escucharlos, comprenderlos y acompañarlos, con delicadeza, mientras ellos intentan cada día no convertirse en una carga para nadie.
Tranquilidad de espíritu
Fuente: https://baoquangbinh.vn/xa-hoi/202505/uoc-mong-nghe-nghiep-cua-nguoi-khuet-tat-bai-2-canh-cua-van-chua-rong-mo-2226314/
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