Contra el cielo aún teñido del gris de la noche, los barcos pesqueros se alineaban para atracar, transportando mariscos frescos recién capturados en mar abierto.
Cada mañana en el puerto es una vibrante sinfonía de vida, donde el aliento del océano se mezcla con el duro trabajo de la gente costera.
Situado justo en el estuario, bordeando el poético río Ca Ty, el puerto pesquero de Phan Thiet no sólo es un fondeadero seguro para cientos de barcos después de sus viajes en el mar, sino también uno de los mercados de pescado más famosos de la región de la Costa Central Sur.
Alrededor de las 5 de la mañana, en el puerto de Phan Thiet, el sonido de los motores de los barcos pesqueros, las risas de los pescadores, los gritos de los comerciantes entre sí mezclados con el sonido del agua golpeando contra el costado del barco crearon una escena bulliciosa que nunca se detenía.

Los barcos, cubiertos de polvo salado después de una noche en el mar, atracaron uno tras otro, en silencio pero con prisa.
Los fuertes brazos de hombres acostumbrados al viento y a las olas rápidamente sacaron a la orilla cestas de pescado, barriles de calamares y cestas de cangrejos.
La escena de "en el muelle y debajo del barco" es rítmica como una cadena que se ha practicado durante generaciones.

Cestas de mariscos, como caballa, atún, anchoas, calamares y camarones, se descargan rápidamente y se trasladan de inmediato al mercado mayorista junto al puerto. Cada tipo de marisco se clasifica, pesa y vende con ajetreo entre los gritos estridentes de los vendedores y la atenta mirada de los comerciantes.
En el puerto, los vendedores, con sombreros cónicos, que llevan grandes cestas de plástico y botas de goma, caminan entre charcos de agua salada, comprando rápidamente productos, regateando y eligiendo el pescado y los calamares más frescos que aún brillan plateados bajo la luz del sol de la mañana.
El ambiente en el mercado del pescado es como el de una fiesta diaria: ruidosa, animada pero ordenada.

En un rincón del puerto, otros pescadores se preparaban para otra salida. Algunos revisaban sus redes, otros remendaban las rotas tras una larga noche de pesca. Un grupo ataba hielo, comida y combustible a sus botes.
Aunque el clima aún era frío, el sudor ya les perlaba la frente. Pero todos tenían una mirada esperanzada, porque el mar no solo les daba una fuente de vida, sino también la creencia de que algún día tendrían abundancia.

Al llegar al puerto pesquero de Phan Thiet, es fácil notar el ligero olor a pescado de mar, el olor penetrante del aceite de motor mezclado con el aroma del café filtrado en la calle, creando un sabor muy único de Phan Thiet, un olor que solo se puede encontrar en lugares que durante mucho tiempo han estado apegados al mar.

El puerto pesquero de Phan Thiet no es sólo un lugar de intercambio de mercancías, sino también un espacio cultural único de los pescadores de la Costa Central Sur.
Los chismes animados, las risas animadas, los consejos entre pescadores… todo ello crea una imagen vivida, auténtica y cotidiana.
Aquí cada mañana es una canción animada que abre un día de trabajo entusiasta.

El sol ascendía gradualmente, tiñendo de oro el muelle pesquero. Los barcos, en silencio, separaban las olas hacia mar abierto, con las despedidas y la mirada atenta de los que se quedaban.
El ciclo de la vida continúa, simple, persistente pero lleno de vitalidad. Phan Thiet, donde el mar no es solo mar, sino también la vida, la esencia de muchas generaciones de personas.

Y en el bullicio de la mañana en el puerto pesquero, la gente comprende que el océano no solo es generoso, sino también un lugar que nutre el alma, preserva los valores del trabajo duro y la humanidad salada en primer plano.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/ve-dep-ngay-moi-o-cang-ca-phan-thiet-post799553.html
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