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Vuelve con tu madre…

Cada vez que voy al mercado y veo gente vendiendo manojos de hojas de batata, chiles verdes, botellas de salsa de pescado, etc., mi corazón se llena de nostalgia por mi madre.

Báo Đắk LắkBáo Đắk Lắk28/10/2025

Mi madre era una campesina trabajadora que jamás supo lo que era un cumpleaños, nunca recibió una rosa romántica en un día festivo y probablemente ni siquiera se puso un vestido nuevo para celebrar el Tet (Año Nuevo Vietnamita). Su vida fue una serie continua de dificultades mientras nos criaba para ser personas decentes.

Imagen ilustrativa
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Con una familia numerosa y una vida de penurias en el pasado, mi madre tuvo que ahorrar hasta el último centavo. El dinero escaseaba aún más, y dependíamos exclusivamente de la cosecha de café durante todo el año, por lo que había varias temporadas de escasez cada año. Mi madre iba al mercado con apenas unas monedas, pero tenía que luchar para alimentar a una docena de bocas. Como resultado, nuestra comida consistía principalmente en verduras que ella misma cultivaba en el huerto y silvestres en el cafetal, según la temporada. Sin embargo, mi madre siempre cuidaba bien las hojas de camote y los chiles, y casi nunca nos faltaban.

La comida incluía brotes de boniato hervidos, servidos con un tazón de salsa de pescado mezclada con chiles, lo que se convirtió en una tradición familiar. Era un plato familiar modesto, pero los niños de la casa nunca se cansaban de comerlo.

Mi madre solía decir: «Las hojas de boniato hervidas parecen fáciles de cocinar, pero son muy sensibles al calor. Si el fuego es demasiado alto o desigual, se ennegrecen fácilmente y se endurecen. Si se cuecen demasiado, se ablandan y tienen un sabor amargo. Solo cuando se hierven a la temperatura adecuada estarán dulces y sabrosas». Me di cuenta de que cada vez que el agua hervía con fuerza y ​​ella añadía las hojas de boniato, les echaba un poco de sal y un poco de aceite de cocina para mantenerlas verdes y crujientes, y para que tuvieran un sabor dulce.

Cuando nos cansábamos de las hojas de boniato hervidas, mamá cambiaba a hojas de boniato salteadas con ajo, y luego a hojas de boniato en sopa con un poco de carne picada. En general, toda la familia disfrutaba de los platos "completos" de mamá con hojas de boniato. Papá añadía: "Comer hojas de boniato es bueno para el intestino, muy bueno para la salud, niños". Solo mamá se reía, diciendo: "Coman verduras cuando tengan hambre, tomen medicinas cuando estén enfermos. Me encantaría cambiar las cosas, pero..."

Otro plato "especial" que mis hermanos y yo nunca olvidamos es la sopa de hojas de chile de nuestra madre. Normalmente no lleva carne ni camarones, y no es nada elaborada; solo unos brotes de chile recién cogidos de la planta, añadidos a una olla con agua hirviendo, con un toque del condimento que tanto nos gustaba a nuestra madre. Sin embargo, durante nuestra infancia, se convirtió en el plato que más se nos antojaba cada vez que llovía.

Si las hojas de boniato, como decía mi padre, "ayudan a defecar", entonces la sopa de hojas de chile por la tarde... expulsaba las lombrices del estómago. En aquel entonces, con muchos hermanos y una familia pobre, nuestros padres no pensaban en comprar antiparasitarios con regularidad, pero una olla de sopa de hojas de chile era nuestra "sopa sustitutiva de la medicina". No sé si sea cierto, pero la sopa caliente, con su toque picante y su caldo dulce, estaba deliciosa. En los días mejores, mi madre le añadía carne, y la dulzura era indescriptible; los niños se alegraban muchísimo cada vez que encontraban un trozo de carne.

La sopa caliente, vertida sobre arroz, tiene un sabor dulce y el aroma distintivo de los brotes tiernos de chile. De vez en cuando, al morder un chile picante que apenas comienza a abrirse en la axila de la hoja, se revela un núcleo penetrante e intenso que se derrite en la boca, dejando a todos en la familia con un ligero sudor, disfrutando de la comida tanto por su exquisitez como por su picante.

Además de nuestro plato estrella: hojas de boniato con chiles, la salsa de pescado fermentada y los chiles son dos condimentos que siempre tenemos a mano en casa. Mi madre es del centro de Vietnam, así que casi todo lo que cocina es picante. Siempre tenemos un frasco de chiles encurtidos para comer los días de lluvia. Sobre todo para neutralizar el sabor a pescado de la salsa de pescado fermentada y darle un sabor más agradable a la comida, los chiles son esenciales.

Los niños de familias campesinas sabíamos desde pequeños cómo comer picante. Pero, en realidad, todos en la familia lo entendíamos: ¡Comer chiles era solo para engañar a la lengua, para engañar a las papilas gustativas, para olvidar las penurias de la pobreza!

Las penurias del pasado finalmente pasaron. Las hojas de boniato y los chiles de mi madre nos alimentaron mientras crecíamos. Mi padre solía reír y decir: «Esas hojas de boniato, chiles y frascos de salsa de pescado que tu madre solía 'llevar'... seis títulos universitarios».

Pero cuando los seis graduados comenzaron a trabajar, la imagen de su madre cocinando diligentemente comidas sencillas y humildes junto al fuego había desaparecido.

Mi madre ya no está, pero los platos sencillos y humildes de nuestro hogar siempre permanecerán en mi corazón. La añoranza está siempre presente, nunca se desvanece.

Con el paso del tiempo y al formar nuestras propias familias, nunca dejamos de recordar aquellos días, recordando los sabores que sentíamos cuando nuestra madre aún vivía. De vez en cuando, intentamos encontrar los ingredientes y cocinamos una comida con hojas de boniato hervidas, sopa de hojas de chile y un tazón de salsa de pescado fermentada... solo para sentirnos como si estuviéramos de vuelta con ella.

No eran platos gourmet, sino comidas sencillas y rústicas, cocinadas con el esmero y el amor de nuestras madres campesinas. Eran obras maestras culinarias en el corazón de cada hijo de familia campesina.

Este octubre, con su lluvia incesante, de repente echo de menos la comida de mi madre, las comidas que me esperaba. De verdad, la mayor bendición de la vida es seguir teniendo a mi madre...

Fuente: https://baodaklak.vn/xa-hoi/202510/ve-voi-me-9391159/


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