Signos anormales

El desierto más árido del mundo , el de Atacama, apareció de repente con una rara escena de nevada (Foto: AFP).
El desierto de Atacama, en el norte de Chile, conocido como el lugar más árido del planeta, acaba de experimentar un fenómeno meteorológico extremadamente raro: un manto de nieve. El evento ha sorprendido tanto a la comunidad científica como a los residentes locales.
Las imágenes que circulan en la plataforma de redes sociales X muestran una gruesa capa de nieve que cubre la tierra árida, creando una escena majestuosa sin precedentes en esta tierra famosa por su humedad casi nula. Sin embargo, este fenómeno también plantea muchas preguntas sobre el cambio en las leyes climáticas que se consideran estables aquí.
Aunque los científicos aún no pueden afirmar con certeza que las nevadas en Atacama sean resultado directo del cambio climático, los modelos climáticos actuales apuntan a un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos en las regiones áridas.
La cobertura de nieve en los Andes centrales, que bordean Atacama, está disminuyendo un promedio del 19 % por década, según una investigación basada en datos satelitales MODIS. En las regiones más cálidas, la disminución llega al 24 %, acompañada de una pérdida gradual de días de nieve.
Además, factores como los fenómenos de la Oscilación del Sur (SAM) y El Niño/La Niña están teniendo un marcado efecto en la dirección del viento y la cantidad de humedad en el aire, lo que provoca cambios en la ubicación y frecuencia de las nevadas.
En Atacama, donde la humedad media es inferior a la de los desiertos polares y las precipitaciones son de apenas unos milímetros al año, cualquier pequeño cambio puede tener consecuencias importantes, desde el riesgo de erosión geológica hasta el desequilibrio de unos recursos hídricos ya de por sí limitados.
Aumento de los extremos climáticos: una llamada de atención para la humanidad

El mundo está atravesando un período que los científicos llaman un nuevo estado de clima extremo (Foto: Getty).
En los últimos años, el mundo ha sido testigo de un aumento alarmante de fenómenos climáticos extremos, desde olas de calor récord e inundaciones históricas hasta nevadas en los lugares más secos del planeta.
En particular, 2024 y la primera mitad de 2025 han registrado una serie de fenómenos meteorológicos inusuales con una intensidad, escala y frecuencia sin precedentes, empujando a la humanidad al riesgo de lo que los científicos llaman un "nuevo estado de clima extremo" en la Tierra.
Según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), 2024 fue el año más caluroso jamás registrado, cuando la temperatura media global superó todos los récords anteriores.
En Asia, la ola de calor generalizada provocó que muchas zonas de la India, Bangladesh y Myanmar registraran temperaturas superiores a 48 °C, lo que interrumpió el aprendizaje y la producción y causó decenas de miles de casos de insolación.
Al mismo tiempo, América del Sur enfrentó una serie de incendios forestales a gran escala en Bolivia y Venezuela; Europa fue golpeada por el huracán Boris, causando inundaciones devastadoras en Europa occidental, mientras que en Brasil y África occidental, las inundaciones dejaron a cientos de miles de personas sin hogar.
Incluso el Ártico y la Antártida, otrora estables, han sufrido olas de calor que han provocado que el hielo se derrita más rápido de lo previsto por cualquier simulación climática, y en algunas regiones se han registrado temperaturas hasta 28 °C superiores a la media.

Las emisiones prolongadas de gases de efecto invernadero son una de las razones por las que el clima está empeorando (Foto: Getty).
Los expertos en clima dicen que la causa principal de esta inusual serie de eventos es una combinación del cambio climático global debido a las emisiones de gases de efecto invernadero a largo plazo y la influencia de fenómenos climáticos naturales como El Niño y la Oscilación del Sur (SAM).
Los últimos modelos climáticos muestran que la “frecuencia e intensidad” de los fenómenos meteorológicos extremos ya no serán la excepción, sino que se convertirán en la norma en las próximas décadas.
El calor extremo llega antes y dura más, como la “domo de calor” que cubrió todo el este de Estados Unidos en junio, o la ola de calor en Europa que envió a países como el Reino Unido, Irlanda y Francia al verano con temperaturas de 34–41 °C en las primeras semanas.
El aumento rápido y generalizado de los fenómenos climáticos extremos no es sólo un problema meteorológico, sino que se ha convertido en una crisis mundial de salud, seguridad alimentaria, recursos hídricos y migración.
Según estimaciones de la ONU, más de 800.000 personas se verán obligadas a abandonar sus hogares debido a desastres naturales solo en 2024. Además de los daños físicos, los ecosistemas naturales también han sufrido graves daños: los arrecifes de coral del mundo están sufriendo el mayor blanqueamiento de la historia, que afecta a más del 84% de los arrecifes del mundo y amenaza gravemente la biodiversidad marina.
En ese contexto, los expertos en clima y los organismos internacionales advierten una vez más: la humanidad se está acercando al “umbral irreversible” del clima.
Sin acciones drásticas para reducir las emisiones, invertir en energía renovable y construir sistemas climáticos resilientes, el calor extremo, las inundaciones catastróficas y las nevadas en el desierto ya no serán la excepción, sino la nueva norma de una Tierra desequilibrada.
Con la advertencia más clara que nunca, la pregunta es: ¿Actuaremos antes de que sea demasiado tarde o seguiremos viendo cómo la naturaleza reacciona con creciente violencia?
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/vi-sao-tuyet-roi-trang-xoa-sa-mac-kho-can-nhat-the-gioi-20250627115732870.htm
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