En la década de 1940, los ingenieros suizos desarrollaron un nuevo tipo de autobús eléctrico de cero emisiones que utilizaba grandes volantes giratorios para almacenar energía en lugar de baterías recargables.
Actualmente, sólo queda un autogiro en el mundo, ubicado en Amberes, Bélgica. Foto: Planeta Divertido
En muchas ciudades suizas de aquella época se utilizaban como transporte público tranvías (alimentados por electricidad procedente de cables aéreos) que circulaban por rutas predeterminadas. Instalar líneas eléctricas aéreas en nuevas rutas es demasiado caro, según Amusing Planet. Porque Con el deseo de crear un vehículo más silencioso y limpio, libre de las limitaciones de las líneas eléctricas aéreas, Bjarne Storsand, ingeniero jefe de Maschinenfabrik Oerlikon, ideó el autogiro en 1946.
El Gyrobus está propulsado por un motor eléctrico y ese motor utiliza electricidad producida por un generador que utiliza un volante para almacenar energía. El volante gira en la estación de carga gracias a tres brazos largos colocados en el techo del vehículo. Cuando el volante alcanza su velocidad máxima de 3.000 rpm, está completamente cargado. En ese momento, el autobús puede recorrer 6 kilómetros a una velocidad de 50 - 60 km/h, dependiendo de la carga del vehículo y de la pendiente de la ruta. A veces, Gyrobus incluso recorre 10 km con una sola carga.
El volante que utilizaron los ingenieros era bastante grande (160 cm de diámetro) y pesado (1,5 toneladas), y estaba sellado dentro de una cámara hermética llena de hidrógeno a presión reducida para reducir la resistencia. El tiempo de carga de un volante estacionario es de 40 minutos, pero cuando el volante está girando, el tiempo para reponer energía toma solo entre 2 y 5 minutos. Cuanto mayor sea el voltaje, menor será el tiempo de carga. Las estaciones de carga a lo largo de la ruta garantizan que las rotaciones del volante nunca caigan a un nivel que afecte el rendimiento y la velocidad del autobús. Por ejemplo, la ruta de 4,5 km de longitud en Yverdon-les-Bains cuenta con hasta 4 puntos de carga.
Colocar un gran volante giratorio dentro del coche tiene dos consecuencias no deseadas. El efecto giroscópico del volante dificulta el cambio de dirección del autobús, lo que da lugar a algunas situaciones complicadas, especialmente cuando el autobús toma curvas. Por otro lado, el sistema proporciona una conducción muy suave y equilibrada.
Hasta 1960, los autogiros se utilizaron en cantidades limitadas en muchas ciudades, como Suiza, Bélgica y el Congo Belga. El autogiro que operaba en Léopoldville era incluso el más grande, con 12 vehículos que circulaban por 4 rutas de unos 20 km. Sin embargo, el alto consumo de energía hace que el sistema deje de funcionar. De igual forma, los servicios de autobus en Gante (Bélgica) y Yverdon-les-Bains también finalizaron debido a problemas económicos . En la actualidad sólo sobrevive un autogiro, restaurado, conservado y expuesto en el Museo Flamenco del Tren y del Autobús de Amberes.
An Khang (según Amusing Planet )
[anuncio_2]
Enlace de origen
Kommentar (0)