El 14 de enero se cumple el centenario de la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza, que ha causado numerosas bajas. Se considera la guerra más larga desde la fundación de Israel en 1948 y no muestra indicios de fin.
El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó un ataque transfronterizo contra Israel, matando a unos 1200 israelíes, en su mayoría civiles, y tomando a 250 rehenes. Israel respondió con semanas de intensos ataques aéreos en Gaza antes de ampliar sus operaciones a una ofensiva terrestre.
La Autoridad Palestina afirma que más de 23.000 palestinos han muerto, en su mayoría mujeres y niños, y que casi el 70 % de las 439.000 viviendas y la mitad de los edificios de Gaza han resultado dañados o destruidos. Los servicios médicos de Gaza se han paralizado y la entrega de ayuda humanitaria se ha visto obstaculizada. Mientras tanto, decenas de miles de israelíes siguen desplazados en el norte de Israel en medio de los combates con Hezbolá, mientras que más de 2,2 millones de palestinos de Gaza se han visto obligados a huir al sur.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se fijó el objetivo de destruir las fuerzas de combate de Hamás, poner fin a su control sobre Gaza y liberar a los rehenes que el grupo tenía en Israel. Sin embargo, según el Wall Street Journal, Israel no ha logrado su objetivo inicial y sigue trabajando para encontrar y destruir los túneles donde se cree que se esconden el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, y otros.
La guerra de Gaza también ha obligado a Estados Unidos a volver a centrarse en Oriente Medio tras años de desviar recursos diplomáticos y militares a otras zonas, y ha trastocado una de las principales prioridades de política exterior del presidente Joe Biden: las conversaciones de normalización respaldadas por Estados Unidos entre Israel y un bloque árabe liderado por Arabia Saudí, que están remodelando las alianzas diplomáticas y de seguridad en la región.
La cuestión de cómo resolver el conflicto israelí-palestino, ignorada durante años por la comunidad internacional e Israel, ha vuelto a ser el centro de atención de la diplomacia global. El camino hacia una solución de dos Estados es más espinoso que nunca. Según los observadores, el momento y la forma en que Israel decida poner fin a la guerra tendrán implicaciones en muchos frentes, incluida su propia seguridad a largo plazo.
HUY QUOC
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