Alrededor de las 5:51 a.m. del 22 de enero (hora local), se produjo un deslizamiento de tierra en la aldea de Liangshui en el condado de Zhenxiong (provincia de Yunnan, suroeste de China), sepultando y dejando a 47 personas de 18 hogares desaparecidas.
Más de 500 personas fueron evacuadas posteriormente de la zona de peligro.
Una víctima es rescatada en el lugar. (Foto: The Paper)
Fuerzas de emergencia con más de 300 trabajadores de rescate y decenas de camiones de bomberos y numerosos dispositivos fueron desplegados en el lugar para buscar a las personas desaparecidas.
Hasta las 11 de la mañana de ese mismo día, sólo un hombre había sido rescatado en el lugar.
Los equipos de rescate continúan buscando urgentemente víctimas en las casas derrumbadas.
Anteriormente, en diciembre de 2023, un terremoto de magnitud 6,2 ocurrido la noche del 18 de diciembre (hora local) afectó con mayor gravedad las provincias de Gansu y Qinghai, una región montañosa del noroeste de China. Las autoridades informaron que al menos 131 personas murieron y más de 700 resultaron heridas, lo que lo convierte en uno de los terremotos más devastadores del país en los últimos nueve años.
Muchas casas se derrumbaron, las carreteras resultaron dañadas y las líneas eléctricas y de comunicación quedaron interrumpidas. Se produjo al menos un deslizamiento de tierra, con una serie de réplicas, y los rescatistas se apresuraban a encontrar supervivientes en temperaturas bajo cero.
El epicentro se situó a unos 1300 kilómetros al suroeste de la capital, Pekín. Esta remota región montañosa alberga varios grupos étnicos predominantemente musulmanes y está cerca de varias comunidades tibetanas. Geográficamente, se ubica en el centro de China, aunque a menudo se la denomina el noroeste, ya que se encuentra en el extremo noroccidental de una región más poblada.
Hoa Vu (Fuente: The Paper)
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