Sabemos que están bajo mucha presión estos días: por los exámenes, las admisiones y las expectativas que se imponen. No queremos presionarlos más, pero en la vida, a veces es la presión la que nos ayuda a crecer; como dice la gente: "Sin presión, no hay diamantes". Esta es una carta de un padre al grupo de padres y alumnos de la Escuela Primaria, Secundaria y Preparatoria Nam Sai Gon (Distrito 7, Ciudad Ho Chi Minh), compartida por los niños.
Padres animan a sus hijos antes de entrar al aula para el examen de ingreso a décimo grado de 2024 en Ciudad Ho Chi Minh. Foto: HUE XUAN
Quizás cualquiera cuyo hijo esté a punto de iniciar esta importante "primera batalla" en la vida pueda comprender la ansiedad y la presión que sienten. Las agotadoras horas de repaso en la escuela, las sesiones de estudio apresuradas en el centro de preparación de exámenes. Las pilas de libros de repaso, las preguntas de exámenes de años anteriores esperando a que los niños las resuelvan para consultarlas... Los niños se sienten abrumados intentando absorber y completar las últimas lagunas de conocimiento en el programa de educación general.
El primer examen de ingreso a décimo grado del nuevo programa de educación general, con nuevos formatos de preguntas, numerosos cambios en los materiales, conocimientos integrados que se ajustan a la realidad... deja atónitos e impredecibles no solo a los estudiantes, sino también a los docentes. Este es el momento en que los niños necesitan concentrarse al máximo en consolidar los conocimientos adquiridos, en sus habilidades para los exámenes y, sobre todo, en un espíritu de confianza y seguridad. Quizás sea este el momento en que los "pequeños tigres" necesitan más ánimo y amor de sus padres.
"El examen de admisión solo se da una vez en la vida, así que tus padres no esperan que saques la mejor nota ni te obligan a ser el mejor, pero esperan que lo hagas lo mejor que puedas. Sea cual sea el resultado, siempre serás nuestro hijo. Sigues siendo el hijo en quien confío. Sigues siendo la hija que siempre anhelo. Sigues siendo el hijo amado de mi madre...", confesó un padre.
Dediquemos un momento a analizar el futuro de su hijo, lleno de altibajos. Este es solo el primer paso; no permita que se preocupe demasiado, se sienta presionado y luego se sienta decepcionado y negativo cuando los resultados no sean los esperados.
Los padres que escriben cartas a sus hijos y les dan palabras de aliento es algo precioso, un cálido regalo espiritual que sus hijos pueden llevar no solo a la sala de exámenes sino también en su camino hacia la edad adulta...
Fuente: https://nld.com.vn/ba-me-luon-sat-canh-cung-con-196250604202149814.htm
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