En las aldeas de minorías étnicas, muchas familias viven en circunstancias extremadamente difíciles, por lo que la educación de los niños también resulta sumamente difícil. Conscientes de esta situación, los docentes se esfuerzan a diario por enseñarles a leer, escribir y desarrollar habilidades para la vida.
Esa es la historia de la Sra. Hoang Thuy Da Thao, maestra de quinto grado en la Escuela Buon Dham (Escuela Primaria Ea Bong, Comuna de Ea Na). Lleva casi 30 años ejerciendo la docencia, 20 de ellos en la Escuela Primaria Ea Bong. La Sra. Thao recuerda: “Empecé a dar clases en 1996 y en 2005 me asignaron a la Escuela Primaria Ea Bong. En aquel entonces, la escuela estaba a menos de 10 km de mi casa, pero el camino era muy difícil: estaba lleno de barro en la época de lluvias y polvoriento en la época seca. En particular, cuando daba clases en la Escuela Buon Ko, tenía que cruzar un pequeño arroyo, así que todos los días tenía que llevar botas, ropa de cambio y envolver mi mochila en una bolsa de plástico para poder cambiarme si me resbalaba y caía, y así no arruinar mis clases…”.
| Sra. Hoang Thuy Da Thao en clase. |
Las dificultades no terminan ahí. Para los estudiantes de minorías étnicas, los padres están muy ocupados trabajando y no tienen tiempo para ocuparse de los estudios ni de la vida personal de sus hijos. Por lo tanto, además de enseñarles a leer y escribir, la Sra. Thao también les enseña a diario sobre higiene personal, desde cepillarse los dientes y lavarse el pelo hasta bañarse, e incluso sobre cuestiones fisiológicas de la pubertad, ya que muchos de los estudiantes tenían 14 o 15 años, pero aún cursaban cuarto y quinto grado.
"En los últimos años, la vida de las personas se ha vuelto menos difícil, las carreteras se han pavimentado con concreto limpio, las escuelas se han vuelto más espaciosas y los padres han prestado más atención a la educación de sus hijos. Gracias a eso, el camino de transmitir el conocimiento para los maestros se ha vuelto menos arduo..." - Subdirector de la Escuela Primaria Ea Bong . |
A pesar de las dificultades, las penurias y la falta de instalaciones para la enseñanza y el aprendizaje, la Sra. Thao sigue perseverando y permaneciendo junto a la escuela y los estudiantes con la esperanza de que tengan un futuro mejor.
Para la Sra. H La Chi Enuol, maestra de tercer grado en la Escuela Primaria Ea Bong (aldea de Knul), en sus 17 años trabajando con los alumnos, cada nuevo año escolar, tras recibir a su clase, se toma un día libre para visitar a la familia de cada estudiante. Aunque la casa esté a casi 20 km de la escuela, si no logra reunirse con los padres la primera vez, continúa visitándolos al día siguiente hasta conseguirlo. Gracias a estas visitas domiciliarias, la Sra. H La Chi comprende la situación real de cada estudiante y puede ofrecerles rápidamente soluciones de apoyo adecuadas para animarlos a asistir a la escuela.
Para los estudiantes en riesgo de abandonar los estudios, lograr que regresen a la escuela es difícil, y mantenerlos interesados en la lectura lo es aún más. Para ello, los docentes de aquí han innovado constantemente y creado nuevos métodos de enseñanza. Comprenden que las clases teóricas y áridas no lograrán atraer a niños acostumbrados a la vida en el campo, las montañas y los bosques.
| La Sra. H La Chi Enuol amablemente enseña a los estudiantes. |
Al igual que la Sra. H La Chi, para motivar a sus alumnos, opta por transmitir conocimientos mediante actividades visuales, juegos y pequeños obsequios como pegatinas, bolígrafos divertidos y llaveros para quienes responden correctamente. A los alumnos con bajo rendimiento académico, además de supervisarlos de cerca, los anima con frecuencia, les plantea preguntas adecuadas a su nivel para que puedan responder frente a la clase y, al mismo tiempo, los elogia para que ganen confianza. Gracias a ello, los alumnos ya no se sienten presionados al ir a clase, sino que, por el contrario, esperan con ilusión las novedades que ella les trae.
Además de su labor con la escuela y los alumnos, la Sra. Thao y la Sra. H La Chi sirven de puente para que personas generosas lleguen a los niños. Han movilizado donaciones de libros usados, ropa de segunda mano, mochilas nuevas, bicicletas, regalos, becas... Estos pequeños gestos no solo ayudan a los niños a superar dificultades materiales, sino que también les brindan un gran apoyo espiritual.
Thuy Hong
Fuente: https://baodaklak.vn/giao-duc/202509/bam-buon-lang-de-geo-chu-1e6183d/






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