Las estrellas de Brasil decepcionaron ante Argentina. |
El desastre que todos esperábamos, y el peor que podíamos imaginar, fue predicho hace mucho tiempo. Dorival Júnior fue quizás el único que no se dio cuenta.
La escena en el campo, con su trágico resultado final, no pudo haber sido más sorprendente. Una derrota aplastante era inevitable, y de no haber sido por el error de Romero —quien le regaló un gol a Brasil—, el marcador habría sido aún peor.
Tácticas extrañas
¿En qué pensaba Dorival Júnior cuando decidió alinear a su equipo? Su alineación, con solo dos centrocampistas y un cuarteto ofensivo, parecía desafiar la lógica, sobre todo al enfrentarse a Argentina, una de las selecciones más compactas y coordinadas del mundo. La decisión reveló una falta de consciencia táctica, sobre todo cuando el rival contaba con un equipo cohesionado, jugadores que sabían sus roles y cuándo brillar.
Mientras Argentina jugaba con una estrategia bien pensada, un mediocampo bien coordinado y técnicamente sólido, Brasil parecía un equipo armado con piezas desparejadas. La defensa brasileña, con jugadores que apenas se conocían, era un conjunto fragmentado. No era una situación que pudiera conducir al éxito.
La primera mitad del partido fue un claro reflejo de la impotencia de Brasil. Con una defensa débil y un mediocampo prácticamente inexistente, Brasil no pudo mantener la posesión, no pudo contraatacar y, cuando perdía el balón, no pudo presionar. Argentina dominó todo el partido, esperando el momento oportuno para definir.
La dura derrota de Brasil ante Argentina era algo que ya se preveía. |
Cuando llegó el primer gol, era solo cuestión de tiempo. Brasil parecía demasiado débil, incapaz de reaccionar ante los fuertes ataques del rival.
Lo que vimos fue un equipo sin plan, sin conexión entre los jugadores, y las debilidades de Dorival Júnior se hicieron más evidentes que nunca. Todo el partido fue como una trágica sinfonía de desunión.
Una imagen distorsionada
La derrota ante Argentina no fue solo un fallo técnico, sino también una distorsión de la esencia misma del fútbol brasileño. Brasil ha sido reconocido desde hace tiempo por su estilo de ataque creativo y vistoso, pero también por su sólida defensa y su sólido mediocampo. Pero bajo la dirección de Dorival Júnior, esas cualidades parecen haber sido descuidadas.
El despliegue de Brasil y la forma en que jugaron los jugadores fue confuso. El equipo no pudo mantener el balón, no pudo crear situaciones de ataque, y cuando lo recuperaba, no sabía qué hacer con él. La falta de coherencia táctica era evidente, y los jugadores parecían estar jugando un partido sin propósito.
Lo peor no es la derrota, sino que Dorival Júnior siga como entrenador de la selección nacional. A pesar de las numerosas críticas y decepciones de la afición en más de una ocasión, se ha mantenido en el cargo, y resulta desconcertante que se haya decidido mantenerlo. El trabajo de Dorival ha estado expuesto durante mucho tiempo, pero la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) se ha mantenido firme en su decisión.
Brasil necesita un impulso para poner las cosas en marcha. |
El fútbol moderno exige no solo experiencia, sino también una visión táctica aguda y la capacidad de crear un equipo cohesionado, creativo y dinámico. Sin embargo, Dorival Júnior nunca ha demostrado estas cualidades. El problema no son los jugadores —Brasil tiene jugadores talentosos—, sino la falta de entrenadores, la incapacidad de sacar el máximo provecho de sus estrellas.
Esta derrota marcó un cambio necesario. Brasil no puede seguir estancado bajo el mando de Dorival Júnior. El fútbol brasileño está acostumbrado a altibajos, pero si el equipo quiere volver a la cima, necesita cambiar, y hacerlo rápido. Necesita un entrenador con una visión moderna, una estrategia clara y una forma de jugar sostenible, no solo improvisada.
Con tanto talento, Brasil tiene el potencial de construir un equipo fuerte, pero eso solo ocurrirá si cuenta con la estrategia adecuada y un entrenador capaz de liderarlo. La pregunta es si la CBF mantendrá a Dorival Júnior o si decidirá hacer un cambio para que el fútbol brasileño vuelva a la normalidad.
Si el fútbol brasileño quiere recuperar su gloria a nivel internacional, el cambio es impostergable. Necesitamos un equipo que sepa jugar al fútbol, que sepa luchar y, sobre todo, un entrenador digno de liderarlo. De lo contrario, desastres como este partido solo serán el comienzo de un largo ciclo de fracasos.
Fuente: https://znews.vn/brazil-sup-do-vi-chien-thuat-la-lung-post1540973.html
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