La generación de nuestros padres creció en un ambiente cálido y amoroso cada vez que llega el Tet y la primavera. Disfrutamos del Tet, aprendemos de él innumerables lecciones de la vida real, generamos energía positiva que fomenta el deseo de superar las dificultades, nos esforzamos por entrenar y avivamos la sencilla felicidad de soñar con el Tet, pensar en él, esperarlo.
Los estudiantes participan en las actividades del Año Nuevo Lunar en la escuela.
Entonces, ¿por qué no dejamos que los niños se sumerjan en la atmósfera del Tet para que sientan plenamente el significado de la reunión, el encuentro y la conexión?
Cultivando la belleza cultural tradicional
El Tet es una ocasión para cultivar la belleza cultural tradicional del pueblo vietnamita y de los niños de la familia. Es necesario preparar el altar familiar y exhibir la bandeja de ofrendas; así mostramos respeto a nuestros antepasados. Hay que barrer la casa y limpiar el jardín para recibir el nuevo año con nuevas esperanzas. La costumbre de colocar un poste, envolver pasteles verdes de Chung, exhibir ramas de albaricoque, colgar tarjetas de primavera...
Innumerables lecciones aprendidas en casa se inculcarán naturalmente en los niños cuando presencien, participen y practiquen situaciones de la vida real.
Lecciones para unir a los miembros de la familia
El Tet también es una oportunidad para compartir lecciones, conectar a la familia, compartir y colaborar para construir un hogar cálido. Involucra a tus hijos en el plan de limpieza de la casa para que sean más conscientes de sus responsabilidades y se sientan orgullosos de contribuir a mantener la casa limpia y ordenada. Anímalos a limpiar sus habitaciones, rincones de estudio, armarios, etc. Guíalos y motívalos a participar en la limpieza de la casa, pintar las escaleras, barrer el jardín, etc.
La atmósfera bulliciosa de los últimos días del año encenderá la emoción de dar la bienvenida al Tet, la emoción de esperar el Tet y los niños sentirán más claramente el valor del trabajo, serán más conscientes del duro trabajo de sus padres.
Tet es una ocasión para que los estudiantes se vinculen con sus familias.
Las lecciones de cortesía, como los regalos sencillos a los familiares y las sinceras felicitaciones de Año Nuevo a los conocidos, formarán gradualmente a los futuros ciudadanos que preservan las tradiciones culturales vietnamitas. Enseñaremos a los niños a practicar muchas cosas buenas, desde imitar a los adultos al desearles un feliz año nuevo, saber saludar y despedirse, saber agradecer y comportarse con delicadeza al recibir sobres rojos de la suerte, saber ser diplomáticos y comportarse con consideración en la mesa...
Las valiosas experiencias del Tet sembrarán nuevas semillas en el alma de los niños. Alejemos a nuestros hijos de los libros, dejemos de lado el conocimiento académico para sumergirlos en la vibrante atmósfera del Tet, ¿de acuerdo?
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