Hay personas que esperan hasta la vejez, cuando sus hijos tienen edad suficiente, para decidir divorciarse y vivir solos - Foto: QUANG DINH
Los jóvenes con un ego enorme y sin humildad se desentienden fácilmente de una mano cálida. Pero quienes se han tomado de la mano durante muchas temporadas de cambio de hojas, guiándose mutuamente en miles de dificultades, ¿cómo podrían separarse fácilmente?
Recuerdo que mis abuelos solían enseñar a sus hijos que cada vez que sus hijos, justo después de cumplir los treinta, tenían peleas con sus cónyuges, hacían las maletas y se iban de casa exigiendo el divorcio.
Recuerdo lo felices que fueron mis abuelos con su amor durante casi una docena de años, compartiendo una cama y criando a varios hijos hasta la edad adulta... Pero, ¿quién habría pensado que la noticia de que acababan de aceptar firmar los papeles del divorcio me haría pensar que escuché mal, mi corazón de repente se apretó, en shock?
Así que hay rupturas que comienzan en la vejez. Cuando las personas necesitan más que nunca un hogar tranquilo donde refugiarse y encontrar consuelo, eligen caminos muy diferentes.
Hay relaciones que duran tanto que, incluso después de muchos días escondidos en sus cálidos nidos, las personas aún se miran con ternura y cariño. También hay matrimonios que llegan lejos porque su bagaje no es solo amor, sino también justicia.
El amor puede ser algo sencillo entre dos personas, pero el matrimonio no es una simple relación entre dos corazones. Aunque a veces me doy cuenta de que la pasión en mi corazón se ha apagado con mi pareja, sigo intentando recordarme que aún tengo responsabilidades con mis hijos, con mis padres...
Así que hay manos que quieren soltarse pero no pueden, hay matrimonios que quieren terminar pero no se concretan… Pero ¿pueden dos personas caminar juntas sin que sus corazones estén vacíos de amor? Es posible, porque las responsabilidades y las obligaciones siguen uniendo dos destinos. Y, por supuesto, ¡al menos dos vidas han caído en el abismo de la tragedia matrimonial!
¡El divorcio no siempre es una tragedia! ¡Soltar una mano cálida no significa tristeza ni dolor!
La felicidad en cada momento presente es un regalo precioso. Pero si no puedes arreglar un matrimonio frío, rompamos la relación civilizadamente y dígale con delicadeza a tu pareja: «Gracias por compartir este viaje…».
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Fuente: https://tuoitre.vn/con-chau-day-nha-bong-doi-ly-hon-co-phai-qua-bat-thuong-20240601105826392.htm
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