El 21 de febrero, el periódico El País informó que 17 personas murieron en un tiroteo en los suburbios de San Miguel Totolapan, en el sureño estado mexicano de Guerrero. Las primeras investigaciones de las autoridades indicaron que se trató de una disputa por influencias entre bandas del narcotráfico.
Información de las autoridades locales indicó que entre los muertos en este tiroteo había 16 miembros de La Familia Michoacana, una de las pandillas más notorias que operan ampliamente en todo México, el resto eran miembros de la pandilla local Los Tlacos.
En el lugar, las autoridades descubrieron numerosas armas militares y cientos de casquillos de bala esparcidos en una amplia zona.
A tan solo 400 km de la capital mexicana, el estado de Guerrero se ha convertido en los últimos años en uno de los focos más activos del narcotráfico. Según estadísticas incompletas, cada año se producen decenas de tiroteos entre bandas que se disputan territorio, lo que resulta en cientos de muertes.
Los cárteles de la droga mexicanos también participan en la extorsión de casi cualquier negocio, legal o ilegal, a veces atacando o quemando granjas y tiendas que se niegan a pagar.
SUR
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