El sector turístico es cada vez más vulnerable
Recientemente, varios destinos turísticos nacionales de renombre, como Ciudad Ho Chi Minh, Hanói , Hue, Da Nang, Hoi An, Hai Phong y Quang Ninh, se han visto afectados por condiciones climáticas adversas y desastres naturales como fuertes lluvias, inundaciones y anegamientos. Esta situación evidencia la creciente presión del cambio climático sobre el sector turístico de Vietnam.
Cuando se produce una inundación repentina o una tormenta fuerte, los daños no se limitan a la destrucción de la infraestructura turística, sino que también provocan consecuencias más complejas para toda la cadena de valor. El impacto más evidente se observa en los complejos turísticos costeros, los hoteles de baja altura y los sistemas de transporte, como carreteras y puentes, en zonas turísticas clave que sufren graves daños. Los costes de reparación y restauración son enormes y, en ocasiones, superan la capacidad financiera de las pequeñas y medianas empresas.
Los atractivos naturales y el patrimonio cultural, como los manglares, los arrecifes de coral y las obras arquitectónicas antiguas, también son vulnerables a los desastres naturales. Por ejemplo, la histórica inundación de finales de octubre, cuando el agua del curso superior del río Perfume, sumada a las intensas lluvias locales, provocó que la Ciudad Imperial de Hue quedara profundamente sumergida. En el punto álgido de la inundación, muchas reliquias quedaron sumergidas hasta 2 metros de profundidad. El agua desbordó el sistema de fosos, sumergiendo numerosas estructuras en su interior. La restauración de los ecosistemas y el patrimonio requiere mucho tiempo y recursos, lo que afecta al atractivo del destino. Además, las inundaciones y los desastres naturales no solo interrumpen los ciclos económicos y afectan a los medios de subsistencia de las comunidades locales, sino que también crean barreras psicológicas y creencias que disuaden a los turistas de visitar o regresar.
Encontrar soluciones para un turismo resiliente y adaptativo
La realidad exige que la industria turística vietnamita pronto adopte una estrategia de desarrollo basada en la resiliencia, lo que significa no solo recuperarse de los desastres naturales, sino también anticiparse de forma proactiva, adaptarse y aprender de las "impactos".
El primer objetivo es cambiar la mentalidad de planificación, integrando los factores del cambio climático en todos los proyectos de inversión turística. De hecho, en los últimos años, los modelos de desarrollo turístico centrados en maximizar la explotación de las zonas costeras y los deltas de los ríos han aumentado involuntariamente la vulnerabilidad ante los desastres naturales. Muchos proyectos turísticos se construyen en zonas bajas, desembocaduras de ríos o laderas con alto riesgo de deslizamientos, pero carecen de un cálculo preciso de los escenarios de respuesta al cambio climático.
Además, es necesario reverdecer y proteger las zonas de amortiguamiento naturales invirtiendo en la restauración de ecosistemas protectores naturales. Los manglares costeros, los bosques de protección de cuencas hidrográficas y los arrecifes de coral actúan como «escudos biológicos» que mitigan el impacto de las grandes olas, las inundaciones repentinas y la erosión.
Para abordar estos problemas acuciantes, las políticas desempeñan un papel clave y decisivo a la hora de orientar e impulsar la acción. Los mecanismos de incentivos y el apoyo a las empresas turísticas para que se adapten de forma proactiva sentarán las bases para la creación de un sector turístico más ecológico y sostenible, y más resiliente al cambio climático.
Fuente: https://baophapluat.vn/du-lich-can-tang-suc-chong-chiu-truoc-thien-tai.html






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