No solo durante el Tet (Año Nuevo Vietnamita), sino también cuando los niños juegan juntos, he presenciado innumerables casos de niños peleándose por juguetes, llorando, etc. Para mí, estos pequeños problemas entre niños pueden fácilmente derivar en situaciones desagradables e injustas si los adultos interfieren. Por eso, solo intervengo cuando los niños se pelean por juguetes. Quiero enseñarles a los niños lecciones de justicia y civismo desde pequeños.
Cuando los niños se pelean por juguetes, ¿deberían intervenir los adultos?
Durante décadas, e incluso ahora, mi casa siempre ha estado llena de risas y charlas infantiles. El patio y la sala principal son zonas de juegos donde los niños juegan al fútbol, lanzan pelotas, construyen maquetas, dibujan y comen bocadillos... Los fines de semana son aún más animados. Y en mi casa se escuchan historias de niños a los que les gustan las cosas de otros.
Me equivoqué al gritarle a mi hijo.
Cuando mi primer hijo estaba en preescolar, un amigo vino a jugar y quiso quitarle sus juguetes, pero mi hijo no lo permitió. Al ver que el otro niño insistía y sus padres guardaban silencio, le grité y les dije que le dieran los juguetes a su amigo. Mi hijo no tuvo más remedio que dárselos, pero se veía triste y molesto.
No es que no sepamos cómo enseñarles a nuestros hijos la lección de compartir y jugar juntos, pero por alguna razón, en esa situación, no querían dejar jugar a su amigo. Por otro lado, suelo enseñarles a mis hijos a no pedir los juguetes de otros si no están de acuerdo. Les hemos enseñado esta lección fundamental desde pequeños.
Desde el día que le grité a mi hijo, me di cuenta de que estaba equivocado, así que dejé que tomara sus propias decisiones. Si otros niños vienen a jugar y quieren jugar con juguetes, no interfiero; solo les aconsejo qué hacer, y la decisión es de ellos, no de sus padres.
Malcrié a mi hijo, por eso insistió en conseguir lo que quería.
Su pareja viene a menudo de visita a mi casa. Su hijo tiene más o menos la misma edad que mi segundo hijo. Cuando viene, siempre exigen cosas, y si sus padres no ceden, lloran a gritos.
A veces, el niño quería quitarle los juguetes a mi hijo, y no nos oponíamos porque esos juguetes eran... aceptables. Una vez, les aconsejamos que no malcriaran a su hijo, diciéndoles que si seguían malcriándolo, se malcriarían, y entonces lo regañaríamos y lo disciplinaríamos. Desde entonces, el pequeño ya no nos pide nada cuando viene a casa.
Deje que los niños decidan si prestan sus juguetes a otros niños.
Enseñe a su hijo a distinguir entre lo que le pertenece y lo que pertenece a los demás.
Durante las reuniones familiares, especialmente durante el Tet (Año Nuevo Vietnamita), los padres deben enseñar a sus hijos la justicia. Enséñenles qué les pertenece a ellos y qué les pertenece a los demás. Para lograrlo, los padres deben educar a sus hijos a diario. No permitan que el Tet sea menos alegre por malcriar a sus hijos.
Cuando los niños exigen los juguetes de otros, incluso insistiendo en conseguirlos, la culpa no es del niño, sino de la indulgencia de los adultos. La creencia de que "mi hijo es el mejor" los malcría sin querer. Este hábito, inculcado desde pequeños, tiene un impacto significativo en la vida adulta. Los abuelos y los padres deben explicarles las cosas con claridad a sus hijos. Si un niño insiste en conseguir su juguete, deben ser firmes. Eso es amor verdadero.
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