Con el aterrizaje del módulo de aterrizaje inteligente Surveyor Smart Lander for the Moon (SLIM) el 20 de enero, Japón se convirtió en el quinto país en realizar un "aterrizaje suave" en el único satélite natural de la Tierra.
Esta es también la base para que las empresas privadas japonesas hagan realidad el sueño del turismo espacial a un coste extremadamente bajo.
Con los avances en constante evolución de la tecnología espacial, el costo de realizar un viaje espacial ha disminuido significativamente.
El Sistema de Transporte Espacial del Futuro de Japón anunció en diciembre de 2023 que comenzaría a aceptar reservas para un viaje espacial de 8 días y 7 noches con un paquete económico que costaría alrededor de 3 millones de yenes por persona (aproximadamente más de 20.000 dólares) y un paquete de negocios de 8 millones de yenes por persona (aproximadamente 53.000 dólares), mucho más bajo que el precio de 450.000 dólares que pide actualmente la compañía de viajes espaciales estadounidense Virgin Galactic.
Se espera que el primer viaje de turismo espacial tenga lugar en 2040.
Uno de los factores que ha ayudado a reducir el coste de los viajes espaciales es que el coste del lanzamiento de cohetes ha bajado significativamente gracias a la participación del sector privado.
Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), el coste del lanzamiento de cohetes por kilogramo de carga ha disminuido significativamente desde 2010 con la participación de SpaceX.
Usar el transbordador espacial costaría alrededor de 65.400 dólares, pero el cohete Falcon 9 parcialmente reutilizable de SpaceX cuesta sólo 2.600 dólares, y se espera que el cohete más poderoso del mundo que la compañía está desarrollando, Starship, cueste menos de 100 dólares.
Además, la Asociación Japonesa de Ascensores Espaciales estima que si en el futuro se pudiera construir un “ascensor espacial”, el coste de un viaje espacial sería de sólo alrededor de 1 millón de yenes (unos 6.700 dólares).
Este ascensor tiene unos 96.000 kilómetros de longitud y está conectado a un único cable para transportar personas y mercancías.
Anteriormente, esta idea se consideraba poco práctica porque requería un material súper ligero y súper resistente para fabricar el cable que conecta la Tierra y el espacio.
En 1991, la invención de los nanotubos de carbono revolucionó la forma en que podíamos construir un “ascensor espacial”.
A diferencia de los cohetes, los “ascensores espaciales” tienen menos probabilidades de explotar y abren más oportunidades para que personas no astronautas pongan un pie en el espacio.
Actualmente, Obayashi Corporation continúa investigando y desarrollando esta idea con la expectativa de que si la construcción del puerto en la Tierra comienza en 2025, una estación orbital geoestacionaria en el espacio podría comenzar a usarse en 2050.
TH (según Vietnam+)Fuente
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