Los biocarburantes se dividen en grupos principales: biodiésel, biocarburante mezclado con etanol como aditivo en lugar de plomo, biogás... y pueden sustituir por completo a los combustibles tradicionales. El uso de biocarburantes no aumenta las emisiones de CO2, es respetuoso con el medio ambiente, contribuye a garantizar la seguridad energética nacional y apoya los objetivos de neutralidad de carbono de los países de todo el mundo .
Actualmente, los biocombustibles se utilizan ampliamente en más de 50 países de todo el mundo, con un tamaño de mercado estimado de 1,89 millones de barriles equivalentes de petróleo al día en 2024 y que se espera que alcance los 2,44 millones de barriles equivalentes de petróleo al día en 2029. Muchos países han contado con políticas que priorizan el desarrollo de biocombustibles y planes de producción a gran escala para satisfacer la demanda en constante aumento.
Como uno de los países que presta especial atención a las cuestiones ambientales y al cambio climático, Vietnam ha publicado con prontitud una hoja de ruta para reducir las emisiones y los gases de efecto invernadero en diversos sectores. El 20 de noviembre de 2007, el Primer Ministro emitió la Decisión N.° 177/2007/QD-TTg sobre la "Aprobación del Proyecto de Desarrollo de Biocombustibles hasta 2015, con una visión a 2025"; el 22 de noviembre de 2012, emitió la Decisión N.° 53/2012/QD-TTg sobre la promulgación de la "Hoja de ruta para la aplicación de la proporción de mezcla de biocombustibles con combustibles tradicionales"; y el 26 de julio de 2023, emitió la Decisión N.° 893/QD-TTg sobre la "Aprobación del Plan Maestro Nacional de Energía para el período 2021-2030, con una visión a 2050". Estas políticas demuestran la necesidad del desarrollo de biocombustibles para un desarrollo económico sostenible.
Cabe destacar que, tras el firme compromiso asumido en la Conferencia COP26 de reducir las emisiones netas a "0" (cero emisiones netas) para 2050, el Gobierno ha revisado urgentemente el sistema de documentos y reglamentos legales pertinentes y cuenta con un mecanismo político para que los biocarburantes sustituyan parcialmente a los combustibles fósiles, contribuyendo así a garantizar la seguridad energética y la protección del medio ambiente.
Con 28 millones de hectáreas de tierras agrícolas, incluyendo más de 14 millones de hectáreas de tierras forestales, Vietnam tiene un gran potencial para desarrollar biocombustibles a partir de residuos orgánicos de las industrias agrícola y alimentaria, gracias a su clima favorable y a la abundante energía solar.
Desde 2015, el país ha contado con siete plantas de bioetanol en construcción, con una capacidad de producción total prevista de aproximadamente 502 mil toneladas anuales, suficiente para mezclar 8,46 millones de toneladas de biocombustible (E5) cuando estas plantas operen al 100% de su capacidad. Sin embargo, debido a la evolución desfavorable de los precios mundiales del petróleo, la pequeña escala de producción, la tecnología obsoleta, la falta de utilización de materias primas más económicas, el desaprovechamiento de subproductos para reducir los costos de producción y la insuficiencia de los mecanismos financieros de muchos proyectos, el precio de la gasolina E5 no resulta lo suficientemente atractivo, lo que ha generado desinterés por parte de la población. Como consecuencia, las plantas de bioetanol han permanecido inactivas, sin poder vender sus productos, operando con lentitud e incluso viéndose obligadas a cerrar.
Por lo tanto, Vietnam aún tiene mucho por hacer para desarrollar fuentes de biocombustibles de manera sostenible. Algunos expertos consideran que el gobierno vietnamita posee una visión y una estrategia claras y coherentes, con objetivos similares a los de los países desarrollados. Sin embargo, la planificación estratégica, la planificación y la implementación no están realmente vinculadas. El compromiso de Vietnam de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero para 2050 es una meta muy ambiciosa, que requiere una gran cantidad de recursos y el consenso de todas las autoridades, ministerios, departamentos y organismos pertinentes.
Algunos proyectos fallidos de producción de etanol combustible demuestran la necesidad de organizar la inversión de forma sistemática, desde la planificación de áreas estables de suministro de materia prima y la selección de la tecnología de inversión, hasta la implementación de un mecanismo eficaz para movilizar financiación para la producción de biocombustibles, la estabilización de la calidad y la reducción de costes para que el producto sea del agrado de los consumidores. Estas son cuestiones a las que todos los niveles, sectores, inversores y proveedores de materia prima que participan en la cadena de producción de biocombustibles deben prestar atención y resolver para alcanzar el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero para 2050.
Fuente: https://nhandan.vn/go-vuong-cho-nhien-lieu-sinh-hoc-post816511.html






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