Cientos de protestas con miles de personas saliendo a las calles en todo el Reino Unido para protestar contra la inmigración y el Islam durante las dos primeras semanas de agosto mostraron los alarmantes problemas que aún existen en la sociedad y la política británicas.
Policía y manifestantes en las calles de Belfast el 3 de agosto. (Fuente: AFP) |
Las violentas protestas se desencadenaron tras el apuñalamiento de tres niñas y otras personas por parte de Axel Rudakubana, de 17 años, un hombre nacido en Gran Bretaña e hijo de padres ruandeses, que fue a una clase de baile en la ciudad de Southport y las apuñaló hasta la muerte.
Noticias falsas y división
Sin embargo, los peores disturbios en Gran Bretaña en 13 años realmente estallaron cuando las redes sociales difundieron información falsa de que el sospechoso del ataque era un “inmigrante musulmán extremista” que había llegado a Gran Bretaña en barco y estaba en la lista de vigilancia de la agencia de inteligencia MI6.
Personajes destacados, líderes de la extrema derecha como Tommy Robinson (fundador del movimiento de extrema derecha EDL, en el pasado al que se le prohibió usar Twitter) o Laurence Fox (ex presentador del canal de televisión de derecha GB News) han utilizado las redes sociales para criticar y discriminar a los inmigrantes, condenar la alta tasa de inmigración ilegal en el Reino Unido y argumentar que el Islam debería ser eliminado por completo del Reino Unido.
Numerosas evaluaciones indican que el discurso tóxico en torno al tema de la inmigración está muy extendido y fácilmente incita a la gente a pasar de la protesta a la revuelta debido a la frustración y el descontento con el gobierno y la situación social existente en el Reino Unido. Las estadísticas de la Universidad de Oxford muestran que la proporción de trabajadores extranjeros que trabajan en el Reino Unido ha aumentado de forma constante durante las últimas dos décadas, del 9 % en el primer trimestre de 2004 al 21 % en el primer trimestre de 2024. Algunas personas están empezando a preocuparse por la desigualdad social, la asignación injusta de recursos, etc.
Sin embargo, otro estudio destacado del sociólogo Noah Carl concluyó que los datos electorales recientes no mostraban una oposición firme del pueblo británico a la inmigración masiva. Por lo tanto, el descontento no se debe únicamente a la inmigración, sino a que el pueblo británico siente que el gobierno no aborda problemas sociales básicos como el coste de la vida y los servicios públicos, lo que lleva a la gente a culpar a los inmigrantes y a los musulmanes.
Timbre de alarma
The Guardian afirmó que los disturbios en Gran Bretaña habían puesto de manifiesto un preocupante doble rasero en la forma en que la sociedad percibe y responde a la violencia de extrema derecha y al extremismo islamista. Una investigación realizada por el Instituto de Estudios de Defensa y Seguridad (Rusi) en 2015 y 2016 reveló que el público suele asociar la violencia de extrema derecha con el vandalismo o la criminalidad, mientras que actos similares de extremismo islamista se consideran terrorismo y yihad. Esta discrepancia debilita la percepción de los peligros de la violencia de extrema derecha y la voluntad política para abordar eficazmente la violencia extremista.
Lo que ocurre en el Reino Unido no es un incidente aislado, sino parte de un fenómeno más amplio de extremismo de extrema derecha que se extiende por toda Europa. Disturbios similares de extrema derecha en Dublín (2023) y Chemnitz, Alemania (2018), fueron respuestas a apuñalamientos que despertaron el sentimiento antiinmigrante.
Solo en 2024, presuntos extremistas de extrema derecha atacaron a varios candidatos y activistas de los partidos Socialista y Verde en Alemania, así como a un evento antifascista organizado por partidos de izquierda y Verdes en Suecia. Según ACLED (organización que recopila y analiza datos sobre conflictos armados), en 2020, la extrema derecha fue responsable del 85 % de los ataques selectivos en 12 países de la UE.
Los disturbios en Gran Bretaña son otra llamada de atención para que Europa reevalúe la violencia motivada por la extrema derecha y encuentre formas de abordarla con la misma determinación y precisión que utiliza para enfrentar a los extremistas violentos.
Prueba para el nuevo Primer Ministro
El primer ministro Keir Starmer, quien prometió reducir la inmigración, se enfrenta a su primera prueba importante desde que asumió el cargo a principios de julio. Los gobiernos conservadores anteriores prometieron, pero no lograron, reducir la inmigración legal anual por debajo de 100.000. Desde el Brexit, la inmigración legal se ha más que triplicado, disminuyendo solo ligeramente desde su pico de 2022.
Su experiencia como fiscal en 2011 podría ayudar al primer ministro Starmer a controlar la inestabilidad en el Reino Unido y a calmar la situación. Sin embargo, abordar la inmigración sigue siendo un problema complejo. Gran Bretaña depende en gran medida de la mano de obra extranjera para cubrir puestos en la sanidad y otros sectores, y la inmigración es un motor de crecimiento económico. Será un reto para el jefe de Downing Street reducir la inmigración sin socavar el sector sanitario ni obstaculizar el objetivo de reactivar la economía para afrontar la crisis del coste de la vida.
Las violentas protestas en el Reino Unido podrían resolverse pronto. Sin embargo, los disturbios también revelaron los desafíos que enfrenta el país: un descontento persistente debido a la desigualdad económica y social, tensiones étnicas y culturales, y un control deficiente de la información por parte de los medios. Esto insta al nuevo gobierno británico a encontrar rápidamente soluciones para abordar las causas profundas que han existido en el país durante mucho tiempo.
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Fuente: https://baoquocte.vn/bieu-tinh-o-anh-hoi-chuong-ve-bao-luc-cuc-huu-282672.html
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