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Sweet Fruit Club - Cuando los humanos son el centro del ecosistema agrícola

Por la mañana, al salir al jardín, el rocío aún se posa sobre las hojas de la chirimoya, el sol apenas roza los durianes en crecimiento. El trino de los gorriones parece dar la bienvenida al nuevo día. Yo, un simple agricultor de Tay Ninh, de repente pienso: quizá no solo planto árboles, sino que cuido un ecosistema. Cada gota de agua, cada polen, cada abeja, cada hoja… tiene una razón de ser. Y es el ser humano, el agricultor, quien constituye el vínculo esencial para armonizar todo esto.

Báo Long AnBáo Long An03/11/2025

Representante de la Oficina del Ministerio, Jefe de la Oficina de Representación del Sur del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (portada izquierda) presentó el libro enviado por el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural (ahora Vicepresidente de la Asamblea Nacional) Le Minh Hoan al Club Bau Don Durian (Foto cortesía de).

De la raíz a la rama: del agricultor al club social

Antiguamente, cada familia sabía cultivar sus propios alimentos. Cada una tenía su propia receta secreta, su propia variedad de árbol, su propia forma de regar. Pero ahora, con la creación de la asociación, veo a los agricultores como las raíces de los árboles entrelazadas, creando un bosque más denso.

En el Club del Durian de Bau Don, aprendemos a conectar con la tierra, a escuchar las estaciones lluviosa y soleada, para que la fruta madure de manera uniforme y sin sabor desagradable. Y en el Club de la Guanábana de Tay Ninh , se comparten todos los pasos para el cuidado del árbol, cómo identificar plagas y enfermedades, e incluso cómo contar la historia de la guanábana para que los clientes la comprendan y la aprecien aún más.

Ya no tememos quedarnos atrás, porque en el club, cada persona es una hoja que contribuye al árbol común. Cada reunión, cada sesión de capacitación, cada excursión es una oportunidad para que los agricultores se nutran de más conocimientos y confianza.

Cuando los agricultores se sitúan en el centro del ecosistema

Un jardín solo puede vivir plenamente cuando el cultivador comprende que no está solo. Así como las plantas no pueden vivir en un ecosistema sin abejas, mariposas, agua de lluvia y sol, los agricultores no pueden prosperar sin empresas, científicos , bancos y gobiernos.

La sede del club se convierte en un punto de encuentro para estas “corrientes”: las empresas aportan mercados y tecnología; los científicos traen de vuelta conocimientos y soluciones; las instituciones de crédito allanan el camino para los préstamos verdes; y el gobierno, en lugar de solo gestionar, se convierte en quien siembra la creencia de que los agricultores pueden dominar el futuro.

Todos contribuyen, como la lluvia que empapa la tierra, como el viento que poliniza. Y en el centro de ese ciclo está el agricultor, quien mantiene la tierra respirando.

Una charla en el Club de la Guanábana de Tay Ninh (Foto ilustrativa)

Puertos pesqueros, casas gremiales, campos: todos son “ecosistemas simbióticos”.

Hoy en día, los agricultores hacen mucho más que arar o cosechar. Están aprendiendo a cogestionar sus ecosistemas. En el puerto, los pescadores colaboran con el gobierno para mantener limpio el mar; en el campo, los agricultores trabajan con las empresas para mantener la salud del suelo.

Nos enseñan a cuidar las plantas adecuadamente, pero, más allá de eso, aprendemos a vivir con la naturaleza, no contra ella. Porque comprendemos que si solo explotamos sin regenerar, la tierra se secará, el agua se salará y nosotros mismos nos marchitaremos.

El Salón de Actos: la cuna del conocimiento y la humanidad

En cada reunión, la gente se sienta en círculo, como unos árboles que se rodean de sombra, hablando de la cosecha, de negocios, de la preocupación de que sus hijos estudien lejos. Algunos comparten métodos de agricultura ecológica, otros hablan de cooperación en ecoturismo o de la venta de productos agrícolas por internet.

De esas sencillas conversaciones, el conocimiento se extendió como un arroyo subterráneo, de forma silenciosa pero persistente. Muchos de nosotros ahora sabemos cómo construir una marca, cómo rastrear los orígenes, cómo formar cooperativas. Pero, sobre todo, aprendimos a sentirnos orgullosos de nuestro trabajo, creyendo que plantar árboles también contribuye a la prosperidad del país.

Cuando los agricultores ya no estén marginados

En el nuevo ecosistema agrícola, los agricultores ya no son «objetos de apoyo», sino creadores. No necesitamos la compasión de nadie, solo necesitamos que se nos escuche, que confíen en nosotros y que se nos dé la oportunidad de contribuir.

Cada chirimoya, cada durian, no es solo un producto de la tierra de Tay Ninh, sino también una cristalización de conocimiento, confianza y cooperación.

Así como en la naturaleza ninguna lluvia es insignificante, ninguna hoja es superflua, en la sociedad ningún agricultor es pequeño si se le coloca en la posición correcta en el ecosistema en desarrollo.

Le Minh Hoan

Regalo para los agricultores de Tay Ninh

Fuente: https://baolongan.vn/hoi-quan-trai-ngot-khi-con-nguoi-la-trung-tam-cua-he-sinh-thai-nong-nghiep-a205720.html


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