En Milán, las provocativas palabras de la estrella sueca han calado hondo en los corazones de los aficionados del Inter y del Milán. "¡Aquí no hay rey, solo hay un Dios, y ese soy yo!". Ibra ha practicado artes marciales desde muy joven, con una personalidad arrogante pero a la vez muy sincera. Incluso dijo una vez que si el fútbol no lo hubiera salvado, el chico nacido en Malmö probablemente se habría convertido en un gánster o un drogadicto. Con 1,95 m de altura y 95 kg de peso, Ibra es considerado un monstruo del área. Cinturón negro en taekwondo desde los 17 años, el delantero ha jugado en nueve clubes a lo largo de su carrera y tiene una gran confianza en su juego de pies. Pero además de eso, también es muy completo, con la capacidad de luchar en el aire, barrer e incluso crear a un nivel muy alto.
Nacido en Suecia, de padres inmigrantes de la antigua Yugoslavia y padre bosnio, Ibra posee tanto la sangre de un guerrero vikingo como la destreza de los pies errantes de los Balcanes. En el campo de fútbol, para sus compañeros, es un asesino en el área. Para sus oponentes, es un carnicero que nunca se rinde, nunca se rinde y nunca teme ningún desafío difícil. Así es Ibra, así es la sangre de un guerrero, un verdadero soldado, que sabe sacrificarse, está listo para recibir el golpe y, ahora, también está listo para partir en la cima.
"¡Hola, me voy!". Su saludo al San Siro, tras llamar a este lugar su familia, también hizo llorar a todo el cuerpo técnico, a su esposa, la modelo Helena Seger, y a miles de tifosi.
34 títulos mayores y menores, 11 veces nominado al Balón de Oro europeo, ganó el campeonato nacional de los Países Bajos, Italia, España, Francia, estableció un récord con 62 goles en 122 partidos para el equipo nacional, aunque nunca ganó la Copa de la Liga de Campeones, Ibra todavía merece ser recordado como un delantero impresionante y persistente, y también creó innumerables emociones a la edad de 41 años.
Los goles increíbles, los momentos de abalanzarse sobre los oponentes para proteger a los compañeros, los momentos de quedarse tendido en el campo después de recibir venganza de los oponentes, las discusiones y desacuerdos con el entrenador, los abucheos, incluso las maldiciones en campos de batalla lejos de casa... hay muchos, muchos más, todo ya pasó....
¡Sé tú mismo, Zlatan! El orgullo y la controversia, el péndulo que oscila entre el diablo y el ángel. Sé el feroz Ibra, pero siempre con entusiasmo y amabilidad.
Como escribió en su autobiografía de 2013: “Soy Zlatan”.
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