El ejército israelí calificó el asalto al Hospital Nasser de "preciso y limitado". Afirmó que se basó en información de que militantes de Hamás se escondían y mantenían rehenes en las instalaciones. Hamás calificó esto de mentira.
Las autoridades sanitarias del enclave palestino controlado por Hamás afirmaron que Israel había obligado a abandonar el hospital a decenas de empleados, pacientes, residentes y familiares de profesionales médicos que se refugiaban en él. Indicaron que unos 2.000 palestinos habían llegado a la ciudad fronteriza de Rafah durante la noche, mientras que otros se dirigieron al norte, a Deir Al-Balah, en el centro de Gaza.
Niños en Rafah. Foto: Reuters
En una nueva operación, el ejército israelí dijo que llevó a cabo un ataque aéreo que mató a un comandante de Hamas que había participado en el ataque del 7 de octubre.
La organización médica benéfica Médicos Sin Fronteras dijo que Israel bombardeó el Hospital Nasser en las primeras horas, a pesar de haberle dicho al personal médico y a los pacientes que podían quedarse.
Los combates en el hospital se produjeron mientras Israel afrontaba una creciente presión internacional para que mostrara moderación, después de prometer que atacaría Rafah, el último refugio relativamente seguro en Gaza.
Al hablar sobre el asalto al hospital, el portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, dijo que "esta sensible operación fue preparada con precisión y está siendo llevada a cabo por fuerzas especiales de las FDI que han recibido entrenamiento específico".
El portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf al-Qidra, dijo que el hospital se quedaría sin combustible en las próximas 24 horas, amenazando la vida de los pacientes, incluidos seis niños en cuidados intensivos y tres recién nacidos en la unidad neonatal.
Mai Van (según Reuters)
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