Un equipo arqueológico en Israel anunció recientemente un descubrimiento histórico al desenterrar los restos de cuatro burros que fueron sacrificados hace más de 4.500 años.
Los burros fueron encontrados bajo los cimientos de una casa de la Edad de Bronce en la antigua ciudad de Gat, cerca de Tell es-Safi, a unos 20 kilómetros al noroeste de la ciudad de Hebrón.
Una investigación publicada en la revista PLOS One sugiere que los burros se originaron en el antiguo Egipto y probablemente se utilizaban para la agricultura y el comercio. Su sacrificio pudo haber sido una muestra ritual de riqueza y estatus social.
Los investigadores descubrieron que las cuatro burras eran hembras, en su mejor momento, y fueron enterradas con las patas delanteras y traseras atadas. Todos sus cráneos estaban orientados hacia el este, un detalle que se cree que tiene un significado ritual.
Este descubrimiento abre nuevas perspectivas sobre las prácticas religiosas de los antiguos cananeos, que habitaron la zona durante la Edad del Bronce III (aproximadamente 2900-2550 a. C.).
Según el equipo de investigación, el origen egipcio de los burros sugiere que sus dueños podrían haber sido comerciantes o mercaderes con vínculos comerciales con Egipto.
Anteriormente, en 2010, en el mismo lugar, los arqueólogos descubrieron un burro decapitado, con la cabeza cuidadosamente colocada sobre su vientre y mirando en la dirección opuesta a su cuerpo: un detalle misterioso que sugiere un complejo ritual de sacrificio.
Utilizando análisis químico e isotópico del esmalte dental, los investigadores determinaron que los burros crecieron en el Delta del Nilo, datos que también se publicaron en un estudio de PLOS One de 2016.
La profesora Elizabeth Arnold, antropóloga y arqueóloga ambiental de la Universidad Estatal de Grand Valley (Michigan, EE. UU.), afirmó: «Este descubrimiento resalta el papel esencial de los burros en el mundo antiguo, no solo en términos de economía y comercio, sino también en los rituales religiosos».
En las sociedades antiguas, los burros desempeñaban un papel fundamental en la producción agrícola: desde el arado hasta el arrastre de cargas pesadas y el transporte de mercancías. Sacrificar un burro, especialmente una hembra fértil, no solo era un acto religioso, sino también un símbolo de abundancia, que demostraba que el dueño podía permitirse reemplazar a estos preciados animales.
El descubrimiento de cuatro burros sacrificiales en Tell es-Safi es una prueba clara del doble papel, económico y ritual, de este animal en la sociedad antigua.
Los investigadores esperan continuar con más análisis para arrojar luz sobre la compleja relación entre los humanos y los animales a lo largo de la historia de la humanidad.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/khai-quat-hai-cot-4-con-lua-duoc-hien-te-cach-day-hon-4500-nam-post1049219.vnp
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