Una investigación publicada recientemente en la revista Nature Communications ha revelado una proteína especial que tiene la capacidad de restaurar músculos y huesos, ralentizar el proceso de envejecimiento y lo sorprendente es que el cuerpo humano puede producirla por sí mismo durante la actividad física.
CLCF1 – la “clave biológica” en la lucha contra el envejecimiento

Esta proteína especial se produce cuando hacemos ejercicio (Foto: Getty).
Científicos coreanos del Instituto de Investigación de Biociencias y Biotecnología de Corea, en colaboración con la Universidad Nacional de Chonnam, han identificado una proteína llamada CLCF1 (factor de citocina similar a la cardiotrofina 1), que desempeña un papel central en la regulación de los efectos positivos de la actividad física en el cuerpo.
Dirigido por el Dr. Yong Ryoul Yang y el profesor Nak-Sung Kim, el equipo de investigación descubrió que CLCF1 tiene la capacidad de “revertir el tiempo” a nivel biológico, al apoyar la recuperación del daño muscular y óseo causado por el envejecimiento.
Cabe destacar que no se trata de una sustancia artificial, sino de una proteína endógena, secretada por el cuerpo durante el ejercicio.
La edad afecta la capacidad de curación.
Para verificar la función del CLCF1, los científicos realizaron una investigación con dos grupos de voluntarios: jóvenes y personas mayores. Los resultados de los análisis de sangre después del ejercicio mostraron:
Adultos jóvenes: los niveles de CLCF1 aumentan drásticamente después de una sola sesión de ejercicio.
Personas mayores: deben hacer ejercicio continuamente durante más de 12 semanas para que los niveles de CLCF1 aumenten significativamente.
Esto demuestra que la capacidad de producir “elixir endógeno” disminuye con la edad, lo que hace que el ejercicio ya no sea tan efectivo como en los jóvenes.
Al realizar experimentos con ratones de edad avanzada, el equipo de investigación descubrió que la suplementación externa con CLCF1 mejoraba la fuerza muscular y la densidad ósea. Por el contrario, al inhibir la actividad de CLCF1, el ejercicio no aportó ningún beneficio a la salud musculoesquelética.
Análisis posteriores a nivel celular mostraron que CLCF1 tiene la capacidad de:
- Mejora la función mitocondrial: la “fábrica de energía” de las células musculares.
- Inhibe los osteoclastos y promueve el crecimiento de los osteoblastos.
Esto significa que CLCF1 no sólo ayuda a mantener los músculos sino que también juega un papel importante en la prevención de la osteoporosis y la pérdida de fuerza en los ancianos.
Nuevas direcciones para el tratamiento del envejecimiento
Dos hallazgos importantes de este estudio incluyen: La disminución de CLCF1 con la edad es la principal causa de una recuperación más lenta de los músculos y los huesos, lo que reduce la eficacia de la actividad física.
La suplementación exógena de CLCF1 puede ser un enfoque potencial para “revertir” el envejecimiento mecánico y biológico en adultos mayores.
Los científicos coreanos consideran este descubrimiento un importante paso adelante, que abre la perspectiva de desarrollar fármacos o terapias complementadas con CLCF1, ayudando a las personas no sólo a vivir más tiempo sino también a mantener la salud, la flexibilidad y la calidad de vida en la vejez.
Aunque todavía quedan muchos pasos por dar antes de que el CLCF1 pueda traducirse a la práctica clínica, este hallazgo también es una evidencia científica importante para reforzar los beneficios del ejercicio regular, especialmente para los adultos mayores.
“Tenemos un poderoso mecanismo de autocuración dentro de nosotros, y el ejercicio es la forma de activarlo”, concluyeron los investigadores.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/khoa-hoc-phat-hien-chat-cai-lao-hoan-dong-ngay-trong-co-the-nguoi-20250625081151923.htm
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