Hay una pregunta que muchos amantes de las patatas se hacen a menudo: ¿las patatas que tienen un aspecto "un poco raro" -como que se vuelven verdes o brotan- siguen siendo comestibles?
Si alguna vez has dejado patatas en la despensa o en la alacena durante demasiado tiempo, probablemente habrás notado cómo les crecen pequeños "ojos" y se vuelven de un color verde pálido.
Con la tendencia de adoptar "verduras feas" para reducir el desperdicio de alimentos, mucha gente piensa que las papas con aspecto extraño están bien. ¿Pero es así realmente? ¿Es seguro comer patatas germinadas o verdes?
Huffpost consultó a expertos en seguridad alimentaria y nutrición para obtener la respuesta definitiva. Aquí te contamos lo que dijeron y por qué deberías seguir incluyendo papas en tu dieta.
Patatas germinadas: tenga cuidado, pero no se asuste
La buena noticia es que si las patatas empiezan a brotar, siguen siendo comestibles, siempre y cuando los brotes no hayan crecido demasiado.
“Estos brotes contienen una toxina llamada solanina, que puede causar síntomas como dolores de cabeza, vómitos y malestar gastrointestinal si se consumen en grandes cantidades”, dice Ellen Shumaker, directora del programa Safe Plates de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
“Sin embargo, si los brotes son pequeños y la papa aún está firme, no arrugada ni blanda, puedes cortar los brotes y usar el resto normalmente”.
Papas verdes: no comer
La nutricionista Maggie Michalczyk, fundadora de Once Upon a Pumpkin, advierte contra el consumo de patatas verdes. «La luz del sol las vuelve verdes porque produce clorofila, pero el verdadero problema es la acumulación de toxinas».
“Cuando las papas se ponen verdes, indica la formación de solanina, que también se encuentra en los brotes”, coincide Shumaker. “Si el enverdecimiento es solo una pequeña mancha, se puede cortar. Pero si el enverdecimiento es grande, es mejor desechar la papa”.
¿Cuándo debemos tirar las patatas?
Las dos señales principales de que una papa se está echando a perder son que brote y se vuelva verde. Pero si está blanda, arrugada o huele mal, no dudes en tirarla.
La intoxicación por solanina no solo causa calambres estomacales. En casos graves, también puede provocar parálisis nerviosa.
Nutricionalmente: Las patatas germinadas y verdes no son mejores

Las patatas germinadas o verdes no sólo no son seguras, sino que además tienen un sabor amargo y un valor nutricional menor.
Según la nutricionista Tamar Samuels, la exposición a la luz y a las altas temperaturas hace que las patatas se oxiden más y potencialmente pierdan algunos de sus nutrientes.
Mientras tanto, las patatas normales son ricas en vitaminas y minerales.
Las patatas cocidas con piel son una buena fuente de muchas vitaminas y minerales esenciales, como la vitamina C y el potasio.
Las patatas son en su mayor parte agua, además los ingredientes principales de las patatas incluyen carbohidratos, proteínas y una cantidad moderada de fibra, especialmente las patatas casi no tienen grasa.
De hecho, las patatas han salvado miles de vidas a lo largo de la historia gracias a su contenido en vitamina C, que ayuda a combatir el escorbuto (deficiencia de vitamina C).
El escorbuto es el nombre de una deficiencia de vitamina C. Puede causar anemia, debilidad, fatiga, sangrado espontáneo, dolor en las extremidades, especialmente en las piernas, hinchazón de algunas partes del cuerpo y, en ocasiones, inflamación de las encías y pérdida de dientes.
¿Cómo mantener las patatas frescas?
No dejes que el miedo a la solanina te impida consumir este maravilloso tubérculo. Simplemente guárdalo adecuadamente: guárdalo en un lugar fresco y seco, alejado de la luz; puedes meterlo en una bolsa de papel o en una caja oscura. Y si ves que la patata empieza a ponerse verde o a brotar mucho, deséchala para proteger tu salud.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/khoai-tay-moc-mam-hay-nga-xanh-co-an-duoc-khong-post1039400.vnp
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