El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su primera reunión oficial con el presidente chino, Xi Jinping, en 2017 - Foto: REUTERS
El 22 de abril, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cambió repentinamente su postura y declaró que Estados Unidos no adoptaría una postura "dura" en las negociaciones arancelarias con China. Trump también mencionó la posibilidad de "reducir drásticamente" el impuesto del 145% que se aplica actualmente a los productos chinos, si el proceso de negociación avanza.
Ese mismo día, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, también admitió ante los inversores que el actual estancamiento en las tensiones arancelarias con China es "difícil de mantener a largo plazo" y predijo que esta confrontación podría "enfriarse" en un futuro próximo.
La carga de Estados Unidos
Según el Global Times del 24 de abril, muchos medios de comunicación internacionales comentaron que las recientes declaraciones "suaves" muestran que la administración de Washington está tratando de cambiar su postura para reducir el impacto negativo de la guerra comercial, en el contexto de una previsión de crecimiento de la economía estadounidense a la baja y un mercado financiero que enfrenta muchos riesgos inestables.
Como la guerra arancelaria sin precedentes está causando muchas consecuencias para la economía estadounidense, el Sr. Trump se ve obligado a ajustar su mensaje público para calmar el sentimiento del mercado y tranquilizar a la opinión pública nacional, comentó Le Monde (Francia).
Según CNN, en una reunión privada con Trump el 21 de abril, los directores ejecutivos de corporaciones minoristas estadounidenses como Walmart, Target, Lowe's y Home Depot expresaron su preocupación por las consecuencias económicas negativas que podrían surgir de imponer aranceles elevados a los productos chinos.
El enfrentamiento arancelario entre China y Estados Unidos podría suponer una carga más pesada para Estados Unidos que para China, según un informe del periódico Nikkei (Japón) del 22 de abril.
En consecuencia, Nikkei explicó que la razón es que Estados Unidos depende demasiado de los productos chinos, incluidos artículos como teléfonos inteligentes y productos de consumo comunes como juguetes como las muñecas Barbie.
En concreto, en 2024, el 81% de los teléfonos inteligentes importados a EE. UU. procederán de China, con un valor total de hasta 41.300 millones de dólares. En el caso de las computadoras portátiles, China representó el 66% de las importaciones totales, lo que equivale a 32.600 millones de dólares. Sólo en el sector de vehículos eléctricos, el 69% de las baterías de iones de litio se importan de China, por un valor de unos 16.200 millones de dólares, según el Financial Times (Reino Unido).
Mientras tanto, China ha diversificado proactivamente sus importaciones agrícolas desde Estados Unidos a Brasil. Según Nikkei , desde 2023, China ha importado soja de Brasil por un valor dos veces mayor que el de Estados Unidos (40.000 millones de dólares), lo que demuestra la menor dependencia de Pekín respecto de Washington.
¿China a la defensiva o ganadora?
El 20 de abril, Sina Finance citó al economista chino Liu Yuhui, quien dijo que China está implementando una estrategia a largo plazo basada en tres direcciones más, que incluyen más apertura, más equilibrio y un mayor aumento del papel del mercado.
Sin embargo, dentro de China también están empezando a surgir preocupaciones sobre el impacto de una guerra comercial prolongada.
Un experto en política exterior china, que prefirió no ser identificado, dijo a CNN que si el arancel del 145% continúa, el comercio exterior de China se verá gravemente afectado, lo que generará el riesgo de un mayor desempleo y malestar social.
Desde una perspectiva estratégica, Nikkei comentó que China está aprovechando proactivamente el tenso contexto para ampliar las relaciones con los países de la ASEAN y promover la diversificación de los mercados de importación y exportación. Esto se considera un paso que muestra flexibilidad para adaptarse a los cambios en la geopolítica y el comercio global.
Sin embargo, la economía china todavía está bajo una gran presión por la crisis inmobiliaria y la caída de la demanda de los consumidores. CNN dijo que el objetivo de crecimiento del 5% de China para 2025 es ambicioso, pero los economistas también dijeron que será difícil de lograr si el comercio de China continúa siendo sofocado por los aranceles.
El profesor Wang Yiwei de la Universidad Renmin (China) comentó a CNN que si China muestra alguna señal de concesión en este momento, el Sr. Trump podría verlo como un éxito de la táctica de presión y aumentará la presión.
Compartiendo la misma opinión, el profesor Ngo Tam Ba de la Universidad de Fudan (China) comentó que Beijing está optando por una estrategia de "no prisa" para mantener la iniciativa y esperar un momento más favorable para las negociaciones.
Esto demuestra que China no tiene realmente una superioridad absoluta, sino que está optando por mantener una posición defensiva proactiva, mientras explota las presiones internas en EE.UU. como un factor favorable para fortalecer su posición en el proceso de negociación.
En el contexto en que tanto China como Estados Unidos enfrentan limitaciones internas, prolongar las tensiones comerciales podría causar daños profundos a ambas principales economías.
Fuente: https://tuoitre.vn/my-dieu-chinh-lap-truong-thue-quan-trung-quoc-co-dang-chiem-uu-the-20250424232707323.htm
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