Según las creencias orientales, 2024 es el año del Dragón (Delgado), la única criatura mítica de los doce signos del zodíaco que simboliza fuerza, prosperidad y éxito. Además de las monedas conmemorativas con forma de dragón, Corea, Japón y otros países se han centrado en la renovación de zonas turísticas temáticas del dragón para atraer visitantes.
Según el Instituto Nacional de Sistemas de Información Geográfica, Corea del Sur cuenta con 1261 regiones llamadas Dragón, o «Yong» en coreano, nombres que provienen del folclore asociado a estas criaturas legendarias. Este año, la Organización de Turismo de Corea (KTO) y la Organización de Turismo de Seúl (STO) han invertido en algunos de los parajes turísticos más bellos con temática de dragón para atraer visitantes.
Situado en la costa noreste de Busan, el templo Haedong Yonggung es considerado el templo más bello de Corea. Su nombre significa «Templo del Palacio del Dragón», en referencia a la residencia del Rey Dragón, o «Yongwang» en coreano. Según la leyenda, el Rey Dragón se le apareció en sueños al monje Naong y le pidió que construyera un templo junto al mar, al pie del monte Bongrae, para pedir por la seguridad del pueblo durante una sequía. El templo fue fundado por el monje Naong en 1376, rodeado de rocas costeras y una pequeña montaña con forma de dragón. Este lugar es famoso y muy popular entre los turistas por su majestuoso paisaje natural que cautiva a quienes lo visitan.
Mirumaru-gil, en Goheung, provincia de Jeolla del Sur, es un sendero de 4 km que recorre un pintoresco acantilado costero, donde se cree que un dragón azul voló hacia el cielo. El nombre del sendero es una combinación de los antiguos términos coreanos «miru» y «maru», que significan dragón y cielo, respectivamente. Al final del sendero se encuentra el Observatorio de Lanzamiento Espacial de Goheung, que ofrece la mejor vista de la trayectoria de los cohetes lanzados desde el Centro Espacial Naro, y el Instituto Coreano de Investigación Aeroespacial, que muestra la historia del desarrollo espacial de Corea.
De manera similar, en Japón, las autoridades turísticas del País del Sol Naciente también se han centrado en invertir en atracciones turísticas con motivos de dragones, desde tallas de dragones y templos hasta carreras de botes dragón... por todo el país. Tokio alberga más de 1400 templos, de los cuales tres destacan por sus puertas torii (celestiales) con motivos de dragones: el santuario Masashi Inari, el santuario Koenji y el santuario Shinagawa. Independientemente del templo, la puerta torii es el portal entre el mundo terrenal y el divino. Estos tres lugares son únicos porque poseen elaboradas tallas de dragones trepando, y se cree que tocar al dragón en vuelo trae buena suerte.
Organizadas por los gobiernos locales, varias oficinas de turismo del centro de Japón han creado las Rutas del Dragón, que trazan cinco senderos distintos a través de las regiones de Chubu y Hokuriku. Vistas de norte a sur, estas rutas se asemejan a un dragón que sobrevuela el país, con la península de Noto como su cabeza. Junto con Matsushima y Miyajima, Amanohashidate, en la antigua capital de Kioto, es uno de los tres lugares más famosos de Japón. Allí, un puente de tierra de 3,6 km de longitud, con más de 7000 pinos, cruza la bahía de Miyazu hacia el norte. Desde esta perspectiva, Amanohashidate parece un dragón que se eleva hacia el cielo.
Construido en 1617 y ampliado durante las décadas siguientes, el famoso Nikko Toshogu —que alberga numerosos tesoros nacionales y es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO— también cuenta con dragones por doquier. Desde el dragón serpentino de la fuente cercana a Rinno-ji, un templo budista de 1200 años de antigüedad, hasta el dragón rugiente pintado en el techo del salón principal…
Khanh Hung
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