Las personas con enfermedad renal deben caminar, andar en bicicleta, nadar, bailar y evitar la actividad física intensa o los fuertes impactos en la región lumbar que pueden provocar fácilmente daños mayores.
La enfermedad renal crónica se divide en cinco etapas. La etapa cinco es la que requiere terapia de reemplazo renal, que incluye hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante renal. El Dr. Ho Tan Thong, del Departamento de Nefrología y Diálisis del Centro de Urología, Nefrología y Andrología del Hospital General Tam Anh de Ciudad Ho Chi Minh, afirmó que, además de seguir las instrucciones del tratamiento farmacológico, la dieta, el estilo de vida y el ejercicio contribuyen a mantener y mejorar la salud de los pacientes renales.
El ejercicio tiene un efecto positivo en la salud general, aportando numerosos beneficios a las personas con enfermedad renal, como la reducción de la presión arterial, la reducción del colesterol y el control de la glucemia. Mantener ejercicio regular y a largo plazo ayuda a fortalecer los huesos, aumentar la resistencia y la fuerza muscular, mantener un peso estable y mejorar el sueño y la circulación sanguínea. Además, esta actividad también mejora el estado mental, ayudando a los pacientes a mantener un estilo de vida saludable.
Según el Dr. Thong, los deportes adecuados para personas con enfermedad renal son caminar, andar en bicicleta (con aparatos de interior o actividades al aire libre), nadar, bailar, hacer aeróbic o actividades que utilicen los grandes grupos musculares. Otras actividades como ejercicios ligeros y sencillos en el gimnasio, la jardinería, las tareas del hogar... de baja intensidad también son recomendables.
Caminar y montar en bicicleta son actividades deportivas adecuadas para personas con enfermedad renal. Foto: Freepik
Las personas con enfermedad renal no deben participar en deportes que sean propensos a colisiones, de alta intensidad, antagónicos y que requieran que el oponente iguale o supere su fuerza, como fútbol, baloncesto, tenis, artes marciales, levantamiento de pesas, cargar objetos pesados, realizar movimientos de yoga como paradas de manos y balanceo.
Evite ejercicios que ejerzan mucha presión sobre la zona lumbar, como levantar objetos pesados o levantar pesas. Estas actividades pueden ejercer presión sobre los riñones y aumentar la cantidad de proteína en la orina, lo que puede empeorar la enfermedad.
La actividad física intensa y excesiva puede causar daño muscular, destrucción muscular y liberación de sustancias. Esto puede provocar obstrucción tubular renal y lesión renal aguda, que requiere hospitalización. En ocasiones, la afección progresa tan gravemente que se requieren varias sesiones de diálisis. Los pacientes deben consultar a su médico para obtener asesoramiento sobre la actividad física adecuada a su condición física y enfermedades subyacentes, como enfermedades cardiovasculares, presión arterial, diabetes, etc.
Los médicos recomiendan que las personas con enfermedad renal hagan ejercicio unos 30 minutos al día, varios días o todos los días de la semana, a la intensidad con la que se sientan más cómodos. Una vez que se acostumbren, el tiempo de ejercicio puede aumentarse a 45 o 60 minutos al día.
El momento más adecuado para hacer ejercicio es por la mañana y por la tarde, evitando el calor. Prioriza el ejercicio una hora después de comer y una hora antes de acostarte. Si tienes fiebre, dolor en los huesos y las articulaciones, o acabas de comer, evita la actividad física.
Los pacientes en hemodiálisis deben hacer ejercicio en los días que no reciben diálisis. Los pacientes en diálisis peritoneal deben hacer ejercicio en ayunas, es decir, cuando no estén en el líquido de diálisis peritoneal.
Debes calentar y mover el cuerpo antes de empezar para que se acostumbre y evitar lesiones al hacer ejercicio de repente. Puedes combinar la práctica con amigos y familiares para mayor motivación.
Durante el ejercicio, si aparecen síntomas como dificultad para respirar, palpitaciones, mareos, dolor en el pecho, dolor articular intenso, piernas hinchadas, orina espumosa (espuma espesa, que tarda en disolverse o no se disuelve), orina rosada o roja, etc., el paciente debe suspender el ejercicio y acudir al hospital de inmediato. Quienes hayan tenido que dejar de hacer ejercicio por alguna de las razones mencionadas deben consultar a un médico antes de retomarlo.
Anh Thu
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