Muchos países de Asia y el Pacífico han comenzado a prepararse para el posible regreso de Trump a la Casa Blanca. Para Vietnam, el impacto más importante de su posible regreso podría provenir del sector comercial.
El presidente estadounidense Donald Trump en Hanói , el 11 de noviembre de 2017, durante su visita oficial a Vietnam. Foto: Jonathan Ernst / Reuters
Los recientes acontecimientos políticos en Estados Unidos, especialmente tras el debate entre Donald Trump y Joe Biden, están llevando a muchos observadores a predecir la posibilidad del regreso de Trump. Incluso importantes periódicos estadounidenses de prestigio, como el New York Times y la CNN, que suelen apoyar al candidato demócrata, han comenzado a advertir sobre la posibilidad de una derrota del presidente Biden en las próximas elecciones de noviembre.
Ante esta perspectiva, muchos países de Asia-Pacífico han preparado escenarios para el regreso de Trump. Desde Manila hasta Tokio, una serie de conferencias organizadas por gobiernos asiáticos en 2024 han atraído a expertos para predecir el rumbo de la política estadounidense si Donald Trump regresa a la Casa Blanca.
Entre los ponentes destacados de estas conferencias se encontraban exfuncionarios de Trump y quienes se espera ocupen puestos clave en la próxima administración Trump. Por ejemplo, la Conferencia de Liderazgo de Asia (ALC) invitó a Mike Pompeo, exsecretario de Estado de EE. UU. durante la presidencia de Trump. El Foro Mundial del Conocimiento 2024 en Corea del Sur también contó con la participación de John Kelly, exjefe de Gabinete de la Casa Blanca. Sus charlas, centradas en el lema "América Primero", brindaron importantes pistas sobre la posible política estadounidense en los próximos cuatro años, ayudando a los países de la región a prepararse adecuadamente.
Los aliados que dependen de la red de seguridad estadounidense en Asia-Pacífico, como Japón y Corea del Sur, están intensificando las negociaciones para reestructurar sus acuerdos de reparto de responsabilidades en materia de defensa. El objetivo es reducir el riesgo de que el presidente Trump exija recortes al presupuesto de defensa estadounidense para la región, que asciende a miles de millones de dólares anuales. Este esfuerzo conjunto también incluye el fortalecimiento del acuerdo de seguridad AUKUS entre Australia, el Reino Unido y Estados Unidos para desarrollar submarinos nucleares, así como la promoción del Marco Económico Indopacífico para construir cadenas de suministro resilientes y sostenibles en la región.
Para Vietnam, el impacto más significativo del posible regreso de Trump podría provenir del comercio, una preocupación compartida por muchos países de la región que tienen fuertes lazos comerciales bilaterales con Estados Unidos, como Tailandia, Malasia y, especialmente, Vietnam, el país con el mayor volumen de comercio con Estados Unidos en el sudeste asiático.
Fuente: Francesco Guarascio / Reuters
Notas sobre el comercio entre Vietnam y Estados Unidos
Bajo la administración Biden, Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para reducir su dependencia comercial de China mediante la adopción de medidas como el aumento de aranceles y controles a las exportaciones. Recientemente, en mayo de 2024, el presidente Biden anunció planes para aumentar los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos en más del 100%, los semiconductores en un 50% y varios otros productos dominados por China, como paneles solares, baterías de litio para vehículos eléctricos y minerales críticos.
Estos avances han convertido a Vietnam en uno de los países con ventajas para atraer inversión extranjera. Sin embargo, esta ventaja podría verse significativamente reducida si Trump es reelegido. Si bien cada vez más empresas expanden sus operaciones en Vietnam, la mayoría de las empresas extranjeras aún dependen de piezas y componentes fabricados en China.
Los datos del Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) muestran que los componentes importados representaron alrededor del 80% de las exportaciones de productos electrónicos de Vietnam (un artículo de exportación clave para Estados Unidos) en 2022. Un informe de 2020 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) también mostró que alrededor del 90% de los bienes intermedios importados por las industrias electrónica y textil de Vietnam para su producción se convirtieron posteriormente en componentes de productos de exportación, una cifra muy superior a la media de los países desarrollados.
Para Biden, mantener buenas relaciones con Vietnam es una de las principales prioridades de su estrategia regional. Esto se demuestra con la constante expresión de Estados Unidos de su deseo de mejorar las relaciones entre ambos países en 2023, especialmente con la visita de Biden en septiembre pasado y la consolidación de las relaciones entre ambos países hacia una Asociación Estratégica Integral.
Sin embargo, bajo la administración Trump, el panorama comercial actual podría convertirse en uno de los focos clave de la estrategia comercial de Estados Unidos en Asia y el Pacífico, especialmente porque Vietnam sigue desempeñando un papel importante en la cadena de suministro global y asume algunas actividades manufactureras de China.
Donald Trump firma una orden ejecutiva que retira a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico (TPP); Foto: Ron Sachs / Getty Images
Durante su primer mandato presidencial, Donald Trump expresó su descontento con el creciente déficit comercial bilateral de Estados Unidos, considerándolo un indicio de la debilidad de la economía nacional y la explotación por parte de sus socios económicos. Con base en esta convicción, Trump implementó una serie de políticas para reequilibrar las relaciones comerciales, protegiendo las industrias nacionales, pero al mismo tiempo incrementando las tensiones y la inestabilidad en los mercados globales.
En su primer día en el cargo, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), afirmando que Estados Unidos adolecía de superávits comerciales con sus socios. Incluso exigió que todos los documentos informativos previos a cada reunión o intercambio con un líder extranjero indicaran claramente si dicho país tenía superávit comercial con Estados Unidos.
El déficit comercial de Estados Unidos ha aumentado significativamente en los últimos 30 años; Gráfico: El Blog de la Economía Real
El enfoque de Trump en reducir el déficit comercial condujo a una serie de acciones agresivas contra China que marcaron el inicio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China en 2018. En marzo de ese año, Trump firmó un memorando que ordenaba al Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) imponer aranceles a hasta 60 mil millones de dólares en importaciones chinas, después de que una investigación de la Sección 301 concluyera que China había participado en "prácticas comerciales desleales", incluido el robo de propiedad intelectual y las transferencias forzadas de tecnología.
La primera ronda de aranceles se lanzó en julio de 2018, imponiendo un arancel del 25% a importaciones chinas por valor de 34 000 millones de dólares. En respuesta, Pekín impuso aranceles a la misma cantidad de productos estadounidenses. La guerra comercial continuó intensificándose y, para septiembre de 2018, Estados Unidos había impuesto aranceles adicionales a productos chinos por valor de 200 000 millones de dólares, inicialmente del 10% y aumentando al 25% en mayo de 2019.
Además de los aranceles, Trump ha impuesto restricciones significativas a las operaciones comerciales de las empresas tecnológicas chinas. La más notable fue en mayo de 2019, cuando el Departamento de Comercio de EE. UU. incluyó a Huawei en la "Lista de Entidades", prohibiéndole al gigante tecnológico comprar tecnología estadounidense sin la aprobación del gobierno.
La política comercial de Trump no solo se ha dirigido a grandes competidores como China, sino que también se ha extendido a países más pequeños que tienen importantes superávits comerciales con Estados Unidos, especialmente aquellos que se perciben como beneficiarios del desempeño económico de China. Un claro ejemplo son los aranceles que la administración Trump impuso en 2018 a las importaciones de acero y aluminio de todo el mundo, que afectaron a aliados cercanos como la Unión Europea, Canadá, Australia y México.
Ese mismo año, Trump también presionó a Corea del Sur para que renegociara el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Corea del Sur (KORUS), lo que resultó en la extensión de los aranceles a las camionetas de fabricación coreana y el aumento de las exportaciones de automóviles estadounidenses al mercado surcoreano. Estas acciones demostraron la disposición de Trump a utilizar medidas comerciales para proteger los intereses económicos de Estados Unidos, incluso con socios con los que mantiene vínculos estrechos y de larga data.
Foto de la ilustración: Getty Images
El comercio entre Vietnam y Estados Unidos bajo el mandato de Trump y Biden
A pesar de mantener buenas relaciones, Vietnam no pudo evitar tensiones comerciales con la administración Trump durante el período 2018-2020, principalmente debido al gran déficit comercial de Estados Unidos con Vietnam, que alcanzó los 49.500 millones de dólares en septiembre de 2020, solo superado por China y México. En octubre de 2020, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) abrió dos investigaciones para determinar si Vietnam manipuló su moneda para subsidiar exportaciones, perjudicando así a las empresas estadounidenses.
Esta medida surge tras la decisión previa del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de acusar a Vietnam de infravalorar su moneda y de abrir una investigación sobre la imposición de derechos compensatorios a los neumáticos para vehículos de pasajeros y camionetas ligeras importados de Vietnam. Sin embargo, el último día del mandato del expresidente Trump, el Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) declaró que las prácticas cambiarias de Vietnam eran "irrazonables", pero que Estados Unidos no impondría sanciones.
Desde entonces, la administración Biden se ha abstenido de hacer declaraciones públicas o tomar medidas específicas relacionadas con investigaciones previas bajo el gobierno de Trump. En cambio, Biden se ha centrado en reducir el déficit comercial y promover la integración económica entre ambos países, contribuyendo así a una relación estable durante los últimos cuatro años.
México también enfrenta una situación similar con grandes inversiones chinas que se vierten en las actividades manufactureras del país, y ha estado en la mira de Trump. En marzo de 2024, en un discurso ante votantes de Ohio, Trump envió un mensaje a China: «Las gigantescas plantas automotrices que están construyendo en México no esperen poder vender a Estados Unidos sin contratar estadounidenses».
Quizás esta declaración debería entenderse como una advertencia para los países que se encuentran en situaciones similares.
Trump habla en un evento de campaña en Houston en noviembre de 2023. Foto: Michael Wyke / AP
Las medidas antidumping se han utilizado con frecuencia durante el primer mandato del presidente Trump. En 2018, el Departamento de Comercio de Estados Unidos inició 122 investigaciones y propuso la imposición de derechos antidumping y compensatorios a diversas importaciones. Estas medidas afectaron a 31 países y a bienes importados a Estados Unidos por un valor aproximado de 12 000 millones de dólares.
Gobiernos estadounidenses anteriores, tanto demócratas como republicanos, han aplicado restricciones comerciales similares. En 1990, el gobierno de Clinton utilizó la Sección 301 de la Ley de Comercio para imponer aranceles a las importaciones japonesas con el fin de abordar los desequilibrios comerciales y las infracciones de propiedad intelectual. En 2002, el gobierno de Bush invocó la Sección 201 para imponer aranceles a todas las importaciones de acero a Estados Unidos y proteger así a la industria siderúrgica nacional. En 2009, el gobierno de Obama impuso aranceles a los neumáticos procedentes de China al amparo de la Sección 421, también para proteger a los fabricantes estadounidenses.
Sin embargo, es probable que el enfoque de la administración Trump sea más agresivo e integral, abarcando una gama más amplia de importaciones e imponiendo aranceles más altos. Al igual que la administración Biden, si es reelegido, Trump también utilizará preocupaciones de seguridad nacional como justificación para imponer barreras comerciales, y el riesgo de que Vietnam se vea afectado por estas políticas es muy alto.
Foto: Centro de la OMC / VCCI
¿Cómo debe prepararse Vietnam?
Para hacer frente al complejo panorama geopolítico durante los próximos cuatro años y garantizar el crecimiento económico y la estabilidad, Vietnam necesita implementar una estrategia de desarrollo económico multifacética, que incluya la diversificación de las cadenas de suministro, el fortalecimiento de las relaciones comerciales regionales y la promoción de la producción nacional.
Un paso importante es diversificar la cadena de suministro, reduciendo la dependencia excesiva de bienes y materiales intermedios de China. Vietnam puede buscar fuentes alternativas de componentes de alta tecnología y materias primas en países de la región como Corea del Sur, Japón e India. Si bien estos países podrían no ser capaces de competir con China en cuanto a costos de producción y transporte, la diversificación de las fuentes de suministro ayudará a Vietnam a reducir riesgos y a aumentar su resiliencia ante las fluctuaciones del mercado internacional, especialmente al exportar al mercado estadounidense.
Además, Vietnam también necesita fortalecer sus relaciones comerciales con otras economías importantes como India, los países de la ASEAN y China para reducir su dependencia del mercado estadounidense y diversificar sus exportaciones. Expandir el mercado a economías dinámicas y de rápido crecimiento en la región, como India, brindará a Vietnam numerosas oportunidades potenciales de cooperación e inversión. Por ejemplo, se prevé que India se convierta en una importante potencia económica en Asia en el futuro, y la política "Actuar hacia el Este" del gobierno indio facilitará una mayor cooperación comercial y de inversión entre ambos países.
Aumentar la inversión en la producción nacional de bienes intermedios es otra estrategia importante. El desarrollo de la capacidad manufacturera nacional ayudará a Vietnam a construir una base industrial más autosuficiente, reduciendo su dependencia de componentes importados. Los esfuerzos actuales del gobierno para fomentar la inversión extranjera directa (IED) en sectores de alta tecnología, como los semiconductores, y para mejorar las competencias de los trabajadores locales son pasos en la dirección correcta para lograr este objetivo.
La experiencia regional y la posición única de Vietnam
Quizás una lección que Vietnam puede aprender de otros países asiáticos es el éxito de aprovechar una buena relación personal con Donald Trump para promover sus intereses nacionales. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, se hizo amigo de Trump durante el período de transición entre su elección de 2016 y su investidura a principios de 2017, y luego aprovechó el llamado de Trump a una mayor distribución de los costos de defensa entre los aliados en seguridad para acelerar el desarrollo militar de Japón. El expresidente surcoreano Moon Jae-in utilizó la relación de Trump con Kim Jong-un como trampolín para impulsar una estrategia de acercamiento con Corea del Norte.
Sin embargo, Vietnam y otros países de la región Asia-Pacífico deben tener en cuenta que el equipo de funcionarios en el segundo mandato de Trump probablemente será completamente diferente. En su primer mandato, Trump contó con muchos legisladores experimentados que habían trabajado en las administraciones de presidentes republicanos anteriores. Sin embargo, como se informa en libros sobre el funcionamiento interno de la Casa Blanca de Trump, desde "Fuego y Furia" de Michael Wolff hasta "Rompiendo la Historia" de Jared Kushner, estos muestran un panorama caótico, con personal constantemente reemplazado tras tan solo uno o dos años en el cargo.
Esto significa que es improbable que los veteranos políticos regresen. Trump podría abandonar los criterios de experiencia y pericia al reclutar personal, priorizando en cambio la lealtad al seleccionar a los miembros de su gabinete y equipo de seguridad nacional. Una administración Trump compuesta por personas absolutamente leales a él representará un gran desafío para los socios que deseen negociar para lograr beneficios mutuos entre ambos países, ya que tendrán menos experiencia política y se basarán más en los principios de "Estados Unidos primero" y "Trump primero" en el diálogo bilateral.
Sin embargo, Vietnam también debe ser consciente de su ventaja geoestratégica, la cual desempeña un papel clave en las negociaciones con Estados Unidos y seguirá siéndolo independientemente de si Trump gana. La estrategia diplomática equilibrada y autónoma de Vietnam seguirá siendo una moneda de cambio para Washington, animando a cualquier administración presidencial a mantener la cooperación y fortalecer la asociación estratégica integral entre ambos países.
Finalmente, un factor importante que Vietnam también debería considerar es el cambio en el equilibrio de poder que se está produciendo en Asia-Pacífico. Durante el primer mandato de Trump, Estados Unidos ejerció una influencia significativa sobre China, ya que esta se mantuvo como la principal potencia comercial mundial. Sin embargo, China se ha convertido en el socio comercial más importante para la mayoría de los países de la región, lo que ha permitido a Pekín ser más asertivo en la política estadounidense y consolidar su posición en la región. Esto significa que la nueva administración Trump enfrentará mayores desafíos en sus esfuerzos por imponer restricciones comerciales a China y sus socios regionales.
No solo eso, sino que las políticas proteccionistas de EE. UU. están contribuyendo a los altos precios en el país, especialmente después de años en los que los consumidores estadounidenses se beneficiaron de productos baratos provenientes de Asia en general, y de China en particular. Las industrias estadounidenses aún tienen una voz fuerte en Washington, lo que ha llevado a la administración Biden a seguir adoptando la postura proteccionista de Trump. Sin embargo, este panorama podría cambiar en los próximos años a medida que la presión sobre el mercado de consumo estadounidense continúa aumentando.
¿Están cientos de millones de estadounidenses dispuestos a intercambiar productos baratos y de alta calidad procedentes de Asia por los intereses políticos de un pequeño grupo en Washington? Esta es quizás la pregunta más importante que debemos observar en Vietnam y Asia para determinar los riesgos y el potencial del comercio con Estados Unidos bajo un segundo mandato de Donald Trump.
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