El cáncer testicular es menos frecuente que el cáncer de mama o de pulmón. Al igual que otros tipos de cáncer, el cáncer testicular puede curarse si se diagnostica y trata a tiempo, según el sitio web de salud Verywell Health (EE. UU.).
Los síntomas comunes del cáncer testicular son un bulto en el testículo, una sensación de pesadez y dolor en el escroto.
El cáncer testicular es uno de los cánceres más comunes en hombres entre 15 y 35 años. Se desarrolla cuando las células cancerosas se desarrollan en los tejidos de uno o ambos testículos, las glándulas sexuales que producen esperma y la hormona testosterona.
El signo más común del cáncer testicular es un bulto indoloro en el testículo. Sin embargo, este no es el único síntoma al que hay que prestar atención. Para una detección temprana y un tratamiento oportuno, los pacientes también deben prestar atención a los siguientes síntomas:
Hinchazón en los testículos.
Dolor sordo o agudo en los testículos.
Sensación de pesadez en el escroto.
Malestar en el abdomen inferior.
Los testículos se encogen y esta condición se llama atrofia testicular.
Sangre en la orina.
Los expertos afirman que la presencia de sangre en la orina es otro signo de cáncer testicular. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no toda la presencia de sangre en la orina se debe a cáncer testicular. De hecho, existen muchas causas diferentes de la presencia de sangre en la orina.
Además, la presencia de sangre en la orina no es un síntoma típico del cáncer testicular. Muchos casos de cáncer testicular no presentan este síntoma. Por lo general, la presencia de sangre en la orina es más típica del cáncer de próstata y de vejiga.
Una de las mejores maneras de detectar el cáncer testicular a tiempo es hacerse chequeos regulares, especialmente en personas con alto riesgo. Los chequeos regulares ayudarán a los médicos a detectar anomalías a tiempo e intervenir con prontitud, aumentando así las probabilidades de curación.
Los factores que aumentan el riesgo de cáncer testicular incluyen antecedentes familiares, especialmente en el padre o un hermano. Tener un testículo no descendido también aumenta el riesgo de cáncer. Las personas con testículos no descendidos suelen necesitar cirugía. Sin embargo, incluso después de la cirugía, siguen teniendo un mayor riesgo de cáncer testicular que las personas normales, según Verywell Health .
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