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Maestros especiales de niños autistas

Báo Tuổi TrẻBáo Tuổi Trẻ20/11/2024

En el Día del Maestro Vietnamita, me gustaría expresar mi gratitud a los maestros que trabajan silenciosamente en el campo de la educación especial: enseñando a niños autistas.


Những thầy cô đặc biệt của trẻ tự kỷ - Ảnh 1.

Una clase de intervención temprana para niños autistas en el Distrito 10 (HCMC) - Foto: HOANG THI

Con motivo del Día del Maestro Vietnamita, el 20 de noviembre, la lectora Phuong Phuong envió a Tuoi Tre Online un artículo para compartir sobre una clase especial en la que participó como profesora interna: Enseñanza de niños autistas.

Lecciones del corazón

Después de haber experimentado pérdidas dolorosas desde la pandemia de COVID-19, me inscribí en un curso corto sobre Intervención Temprana - Educación Inclusiva para Niños con Discapacidades y Trastornos del Espectro Autista con la esperanza de comprender más y poder ayudar a alguien.

El curso no sólo me enseñó conocimientos sólidos sino que también profundizó mis valiosas emociones.

De la teoría a la práctica, de horas de contacto directo con niños “especiales”, me di cuenta de que: La paciencia, el tacto y el amor son las llaves para abrirles su mundo .

Después del curso, probé suerte en un centro privado para niños autistas.

No es tan fácil como enseñar otras materias. Cada niño es un mundo aparte, con su propio lenguaje y reglas que tengo que aprender a escuchar.

Hubo días en que los vi gritar y protestar por miedo, pero también hubo momentos de alegría cuando poco a poco fueron avanzando.

Siempre recuerdo al niño N. de cuatro años, que a menudo se escondía en un rincón de la habitación y nunca respondía a nadie.

Todos los días, me sentaba pacientemente a su lado, le contaba historias y esperaba. Un día, N. me tomó de la mano y me dijo: «Quiero jugar». Fueron solo tres palabras breves, pero un gran logro en la labor de intervención y enseñanza de niños autistas.

También recuerdo a mi colega, la Sra. Ngan, quien a menudo hablaba del pequeño T., quien tenía autismo pero un talento especial para la música . La Sra. Ngan le enseñó con paciencia a T. a reconocer notas musicales con la mirada y los gestos.

Ese día, T. pudo cantarle "Feliz Cumpleaños" a su madre. Las lágrimas de felicidad de su madre motivaron al maestro a tener más confianza y a ver que todo el esfuerzo valió la pena.

Cada pequeño progreso es una gran felicidad.

En el aula, las tarjetas didácticas, los horarios y los calendarios están por todas partes como herramientas poderosas. Son mis "armas secretas" para comunicarme y conectar con los niños, los niños con autismo y sus propias historias especiales.

A veces veo que sus comportamientos "extraños" son solo una forma de llamar la atención o expresar necesidades que no saben expresar. En esos momentos, suelo acercarme y abrazarlos con ternura, como un tierno consuelo para sus almas sensibles.

Y luego, poco a poco, irlos guiando con paciencia para que aprendan a expresar sus sentimientos y deseos.

Una vez, enseñamos a los niños cómo doblar una toalla en cuatro para limpiar la mesa, una tarea aparentemente sencilla que debía dividirse en pasos, desde doblar la toalla por la mitad y luego doblarla en cuatro.

Cada día los niños progresan un poquito y yo también aprendo a valorar cada momento.

Otra colega mía, Lan, suele usar la musicoterapia para ayudar a niños con trastornos del espectro autista a comunicarse. Compone canciones cortas e incorpora objetivos de aprendizaje en cada melodía.

Después de un mes, un niño que antes se negaba a comunicarse comenzó a saludarla cantando: "Hola Sra. Lan, hola Sra. Lan", lo cual era un regalo más preciado que cualquier cumplido.

Hay días que trabajo de 10 a 12 horas con muchas clases, y aunque estoy cansada, ver a los niños progresar me alegra. Les enseño lecciones básicas y los guío paso a paso para que se cuiden y sientan la belleza del mundo.

Con la intención inicial de aprender solo por curiosidad, para luego probar suerte como experto, he tenido más de un año de experiencia significativa.

Con motivo del Día del Maestro Vietnamita, el 20 de noviembre, comparto mi experiencia con el único propósito de que todos vean que la sociedad todavía reconoce a los maestros que trabajan silenciosamente en el campo de la educación especial.

Gracias a los compañeros silenciosos

Son ellos quienes trabajan duro para enseñar a los niños cómo vivir, cómo ser humanos y abrir puertas para ayudarles a conectarse con el mundo.

Aunque el camino por recorrer es largo, creo que la paciencia, el amor y la dedicación serán el fuego que mantendrá este viaje encendido.

Los niños con autismo necesitan más que un maestro, necesitan un compañero que esté dispuesto a entrar en su mundo, poco a poco, con la firme creencia de que todo es posible si son lo suficientemente pacientes.


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Fuente: https://tuoitre.vn/nhung-thay-co-dac-biet-cua-tre-tu-ky-20241119153346703.htm

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