Según los resultados arqueológicos publicados en la revista Nature el 14 de mayo, investigadores han determinado que las huellas antiguas encontradas en el estado de Victoria (sureste de Australia) son la evidencia más antigua de una especie de vertebrado que abandonó el océano para vivir completamente en la tierra.
El descubrimiento no sólo retrocede decenas de millones de años respecto de lo que alguna vez creímos que era la línea de tiempo de la principal evolución animal, sino que también proporciona una nueva mirada al punto de inflexión que dio forma a la vida en el planeta.
Según un equipo de investigación dirigido por el paleontólogo Per Ahlberg, de la Universidad de Uppsala (Suecia), estas huellas se conservaron en una losa de arenisca de 30 cm de ancho, ubicada en las montañas del estado de Victoria. Se formaron hace unos 350 millones de años, durante el Devónico tardío y el Carbonífero temprano, cuando el supercontinente Gondwana aún existía.
La primera evidencia fue una única huella con pequeñas hendiduras, restos de una breve tormenta. Esto sugería que las huellas se formaron justo antes de la tormenta. Le siguieron dos conjuntos más de huellas, y el segundo mostraba al animal "moviéndose rápidamente", dejando largas marcas de garras en el suelo blando.
El señor Ahlberg determinó que estas huellas pertenecían a un antiguo reptil de entre 60 y 80 centímetros de largo, con apariencia moderna de lagarto.
Lo más notable es que la criatura tenía garras, una clara señal de que pertenecía al grupo de los amniotas, un grupo de animales que incluye a los reptiles, aves y mamíferos modernos.
Los ancestros de los amniotas eran tetrápodos, que desarrollaron extremidades para la locomoción pero aún dependían de entornos acuáticos, especialmente para la reproducción.
Mientras tanto, los amniotas evolucionaron para poner huevos con cáscara dura, capaces de sobrevivir en la tierra, cortando así por completo su dependencia del agua, un paso evolutivo clave que permitió a los animales expandirse a través de los continentes.
Según el experto Stuart Sumida, de la Universidad Estatal de California, este nuevo descubrimiento demuestra que los amniotas podrían haber existido entre 35 y 40 millones de años antes de lo que se suponía anteriormente.
Esto significa que la transición de la vida marina a la vida completamente terrestre podría haber ocurrido mucho más rápidamente: en sólo 50 millones de años.
Fuente: https://www.vietnamplus.vn/phat-hien-dau-chan-co-dai-viet-lai-lich-su-chinh-phuc-dat-lien-cua-dong-vat-post1038644.vnp
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