Los astrónomos están familiarizados desde hace mucho tiempo con la imagen de las enanas blancas, comparadas con "vampiros cósmicos" que absorben materia de las estrellas compañeras cercanas.
Este proceso, que generalmente termina en una explosión de supernova que destruye ambos cuerpos, ha sido bien estudiado.
Sin embargo, un reciente descubrimiento del Instituto Tecnológico de California (EE.UU.) revela un secreto sorprendente: la existencia de una tercera estrella, que desempeña el papel de “casamentera” silenciosa en estos sistemas.
Ilustración que muestra una enana blanca succionando material de una estrella víctima (Imagen: Caltech).
El estudio, basado en datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea, identificó 50 sistemas estelares triples que contienen estrellas variables. En estos sistemas, dos estrellas cercanas forman un par primario, mientras que una tercera estrella orbita a una distancia mucho mayor.
Los resultados de 2.000 simulaciones por computadora mostraron que en aproximadamente el 20% de los casos, fue la atracción gravitatoria de la tercera estrella la que alteró las órbitas de las estrellas binarias, acercándolas sin pasar por la etapa de envoltura de gas común como se suponía tradicionalmente.
El papel central del «tercero»
Anteriormente, los astrónomos creían que la mayoría de las estrellas variables se formaban a través de la evolución de una envoltura común.
En consecuencia, una estrella se hincha hasta convertirse en una gigante roja y engulle a su estrella compañera.
Cuando las dos estrellas interactúan, esta capa es expulsada, dejando una enana blanca orbitando una estrella compañera lo suficientemente cerca como para comenzar el proceso de captura de material.
Ilustración que muestra la misión Gaia de la ESA observando la Vía Láctea (Imagen: ESA).
Sin embargo, los nuevos hallazgos sugieren que este modelo no es la única solución. En las simulaciones del equipo, hasta en el 60 % de los casos, la envoltura de gas común se forma, pero se desencadena por el impacto de una tercera estrella.
Sólo alrededor del 20% de los casos restantes son capas de gas formadas de forma tradicional, sin la presencia de una tercera estrella.
En particular, el equipo predice que hasta el 40% de los eventos catastróficos en el mundo real podrían ser causados por sistemas de estrellas triples, una cifra mucho más alta que la que los datos de observación de Gaia han registrado jamás.
La razón puede ser que muchas terceras estrellas están demasiado lejos o tienen una luz demasiado débil para ser detectadas, o incluso han sido expulsadas del sistema debido a fuertes efectos gravitacionales.
Los datos también muestran que los sistemas estelares triples en los que la órbita de la tercera estrella es mayor a 100 unidades astronómicas (100 veces la distancia de la Tierra al Sol) tienen más probabilidades de formar variables.
Durante los últimos 50 años, los astrónomos han utilizado el modelo general de la envoltura de gas para explicar la formación de estrellas variables. Pero ahora descubrimos que muchos de estos sistemas son, en realidad, producto de interacciones estelares triples, afirmó el investigador Kareem El-Badry.
Este descubrimiento abre una nueva dirección de investigación, desafiando suposiciones de larga data sobre la evolución de los sistemas estelares en el universo.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/phat-hien-ke-giau-mat-dang-am-tham-giet-chet-ca-he-sao-20250715130457970.htm
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