Acerbi marcó el gol de su carrera. |
Nadie apostó por Francesco Acerbi en el partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones del 7 de mayo. Ni siquiera el central de 37 años con las piernas lastradas por el tiempo. No es el hombre que enfrentó la muerte dos veces en su batalla contra el cáncer.
Sin embargo, cuando sonó el silbato para el último minuto del tiempo añadido, fue Acerbi - el héroe improbable - quien se elevó, ejecutó un disparo mortal, enviando el balón al ángulo de la red del Barcelona, encendiendo la esperanza para el Inter de Milán cuando todo parecía haber terminado.
No fue sólo un gol. Es el manifiesto de “Pazza Inter Amala” – “El Inter está loco, ámalo” – una filosofía que ha impregnado cada fibra de la camiseta negra y azul.
Llamada del destino
Imagínense a Simone Inzaghi parado en la línea de banda, con el Inter perdiendo 3-2 y la Liga de Campeones a punto de escaparse. Y decidió poner un central adelante en una última apuesta. ¿Atrevido? Tal vez. ¿Loco? Seguro. Pero como suelen decir los milaneses: "Si no es una locura, no es el Inter".
Acerbi no es Lautaro Martínez, que marca cada 85 minutos de juego en este prestigioso torneo. No así Davide Frattesi con sus carreras como cuchillos atravesando la defensa rival. Pero fue el hombre que superó la mayor adversidad, que venció a la muerte dos veces, quien estuvo a la altura cuando el Inter más lo necesitaba.
Acerbi da la sorpresa al Inter de Milán en el partido de vuelta de la semifinal de la Champions League. Marcó el gol del empate para que su equipo empatara 3-3 ante el Barcelona. |
Edad media 31,1 años. Al Inter lo llaman "el equipo del asilo de ancianos". Tres derrotas consecutivas en la Serie A, perdió el primer puesto, fue eliminado de la Coppa Italia. Todas las señales apuntaban a un equipo exhausto, dispuesto a tirar la toalla.
Pero viejo no significa débil. Lo viejo es experiencia, es sabiduría, es calma cuando el mundo entero está en pánico.
Cuando la gente pensaba que el Inter caería ante la juventud del Barcelona, olvidaron que las cicatrices en las espaldas del equipo rayado no son un signo de debilidad, sino un testimonio de resiliencia.
El arte de la terquedad
Eche un vistazo al recorrido del Inter en la Liga de Campeones esta temporada. Cuartos de final ante el Bayern, perdieron primero pero el representante de Milán enseguida resurgió. El partido de vuelta contra el Barcelona, del 2-0 al 2-2, luego del 3-2 al 3-3. Cada vez que el Inter cae, se levanta más fuerte.
No es suerte. Es el arte de la “dureza”, una cualidad que no todos los equipos poseen. Cuando Simone Inzaghi tomó las riendas del Inter, transformó un equipo talentoso pero vacilante en una máquina de lucha que se negaba a rendirse.
Y cuando Iñigo Martínez actuó irrespetuosamente hacia Acerbi, el veterano central no titubeó. En lugar de responder con palabras, respondió con el gol más importante de su carrera.
Acerbi tenía cáncer, pero luchó por superarlo. |
No sólo es una batalla en el campo, cada jugador del Inter también lucha contra sus propias tragedias. Acerbi y el dolor de perder a su padre. Frattesi y el vacío dejado por su partida. No sólo juegan por los títulos, sino también por sus seres queridos fallecidos.
"Cuando estás cerca de un título, no puedes dejar pasar ningún momento", una amarga lección de la derrota de la temporada pasada ante el Atlético de Madrid. Y el Inter aprendió a luchar hasta el último aliento.
El equipo de Inzaghi es más que un grupo de talentos. Son guerreros que no aceptan su destino predeterminado. Son la encarnación del lema “Pazza Inter”: locos pero orgullosos.
Cuando sonó el pitido final, Acerbi permaneció allí, con las manos juntas, como agradeciendo al destino por darle la oportunidad de escribir su propia historia. Una historia sobre resiliencia, sobre nunca rendirse y sobre creer en algo más grande que el destino.
El Inter de Milán merece estar en la final de la Liga de Campeones no sólo porque es bueno, sino porque nunca se rinde. Y esa es la verdadera naturaleza del fútbol. No es la mejor persona sino la más persistente la que gana.
"Pazza Inter Amala" - "El Inter está loco, ámalo" - no es sólo el eslogan de un equipo de fútbol. Esa es la filosofía de vida de quienes nunca aceptan el fracaso como inevitable.
Fuente: https://znews.vn/phut-dien-ro-cua-acerbi-post1551870.html
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