Muchos países, como Estados Unidos, China, Rusia e India, están intentando poner un pie en la Luna para explotar sus preciosos recursos de hielo de agua.
Simulación de astronautas de la NASA en la Luna. Foto: NASA
El 6 de diciembre de 1968, la revista Time publicó un número con una portada que presentaba una imagen metafórica: un cosmonauta soviético y un astronauta estadounidense compitiendo hacia la Luna. La carrera espacial había comenzado una década antes, cuando la Unión Soviética lanzó el Sputnik, el primer satélite artificial, en 1957. Menos de un año después de que Time publicara la portada especial, los astronautas estadounidenses de la misión Apolo 11 alunizaron el 20 de julio de 1969. La emoción se desvaneció rápidamente. Los últimos humanos en pisar la Luna fueron la tripulación del Apolo 17 en 1972. Hasta la fecha, nadie ha regresado a la Luna, según Popular Science .
Pero eso está a punto de cambiar. La NASA se ha comprometido a enviar astronautas a la Luna de nuevo para 2025 como parte de su programa Artemis. China planea alunizar humanos para 2030. Mientras tanto, el número de misiones robóticas al satélite natural de la Tierra está aumentando. Rusia regresa a la carrera por primera vez en 47 años, con el impacto de su misión Luna 25 en la superficie lunar el fin de semana pasado. India espera realizar un aterrizaje suave en el polo sur lunar el 23 de agosto con su módulo de aterrizaje Chandrayaan-3. Con tantas naciones aspirando a la Luna, ¿se encamina el mundo hacia una segunda carrera espacial?
Esta no es una carrera nueva, dice Cathleen Lewis, curadora de programas espaciales internacionales en el Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsoniano. Lewis compara la situación con una fiebre del oro, o más precisamente, una "fiebre del hielo". En 2018, los científicos descubrieron hielo de agua en las sombras permanentes de los cráteres polares. Estados Unidos, China, Rusia e India tienen la vista puesta en el polo sur de la luna, donde se encuentra este recurso congelado. El agua podría usarse para fabricar combustible para cohetes o para producir productos. Pero lanzar naves que transportan agua desde la Tierra es pesado y costoso. Lewis dice que las agencias espaciales aún no han descubierto cómo usar el hielo de agua. "Pero todos quieren ir allí porque saben que pueden encontrarlo", dice.
La base tecnológica de ese esfuerzo es muy diferente a la de mediados del siglo XX. En aquel entonces, Estados Unidos y la Unión Soviética desarrollaban la tecnología para llegar primero a la Luna. Los soviéticos luchaban por desarrollar un vehículo lo suficientemente potente como para lanzar una misión tripulada a la Luna. Mientras tanto, Estados Unidos construía el Saturno V, el cohete más potente jamás lanzado hasta que el cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la NASA vuele por primera vez a finales de 2022.
Hoy en día, muchas naciones, e incluso empresas privadas, tienen la capacidad de enviar naves espaciales a la Luna. El objetivo ya no es demostrar superioridad tecnológica. En cambio, las naciones se apresuran a dominar tecnologías que pueden convertirse en un requisito previo para la independencia económica y la prosperidad. Por lo tanto, «estos son programas esenciales para la supervivencia en el siglo XXI», afirmó Lewis.
En este sentido, la actual ola de programas lunares es muy diferente a la anterior, ya que se centra más en lo económico, en lugar de ser una competencia no militar entre dos grandes potencias. Por ejemplo, China ha expandido su exploración espacial en consonancia con su desarrollo económico durante los últimos 30 años.
Sin embargo, esta situación no siempre será la misma. Una vez que los países operen regularmente en la Luna, aumentará el potencial de conflicto, ya que la cuestión de quién tiene el derecho a explotar y extraer los recursos sigue sin resolverse. El Tratado del Espacio Ultraterrestre de 1967 prohíbe a los países reclamar soberanía sobre los cuerpos celestes, pero permite el uso de los recursos allí. El tratado no aclara si el uso de recursos incluye la extracción de materiales con fines de lucro en la Tierra.
Sin embargo, los abogados y diplomáticos pueden tener un largo camino por recorrer antes de que puedan ser más específicos, ya que Lewis dijo que es mucho más fácil llegar a la Luna que hace 60 años, pero es más difícil aterrizar en ella, como lo ejemplifica el fracaso de la misión Chandrayaan-2 de la India en 2019 o la reciente misión Luna 25 de Rusia.
An Khang (según la ciencia popular )
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