Los jets privados pueden volar a más de 15.500 m de altura, mientras que la mayoría de los aviones comerciales de pasajeros operan a altitudes de entre 9.000 y 12.000 m.
Avión privado Bombardier Challenger 3500. Foto: Bombardier
Existen muchas razones por las que los jets privados, además de su lujo y comodidad, suelen volar a mayor altitud que los aviones comerciales de pasajeros.
Normas de seguridad
La seguridad es una preocupación primordial en cualquier aeronave, pero las aeronaves privadas gozan de mayor flexibilidad en cuanto a normativas y sistemas. En caso de despresurización de la cabina, las aeronaves comerciales deben descender rápidamente a una altitud segura (por debajo de los 3000 m) con suficiente oxígeno para los pasajeros. Esto requiere características especiales y equipos de seguridad como máscaras de oxígeno y toboganes de emergencia. Sin embargo, las aeronaves privadas pueden descender con mayor rapidez y disponen de distintos niveles de presurización de cabina y suministro de oxígeno. El riesgo de fallo de motor en una aeronave privada también es menor, ya que los motores se ubican en la parte trasera de la aeronave, lejos de la cabina presurizada.
Los jets privados son más rápidos y eficientes.
Volar a mayor altitud ofrece ventajas en cuanto a rendimiento y consumo de combustible. El aire es más tenue y frío a estas altitudes, lo que aumenta la eficiencia de los motores a reacción y reduce el consumo de combustible. Sin embargo, esto se ve contrarrestado por la cantidad de combustible necesaria para alcanzar dicha altitud. Este problema es más frecuente en aviones comerciales de mayor tamaño. Los jets privados también cuentan con motores con coeficientes de separación de flujo más bajos, lo que significa que utilizan más aire del núcleo del motor que de las aspas del ventilador. Esto contribuye a optimizar su rendimiento a gran altitud.
Tamaño
Los jets privados están diseñados para ofrecer agilidad y eficiencia, con una relación potencia-peso superior a la de los aviones comerciales. Esto les permite ascender más rápido y mantener velocidades mayores a gran altitud, donde el aire es menos denso y la resistencia es menor. Los aviones comerciales son más pesados y voluminosos, ya que transportan más pasajeros y carga. Además, necesitan alas de gran tamaño para soportar su peso a gran altitud.
Experiencia de vuelo placentera
Las condiciones meteorológicas y las turbulencias pueden afectar la comodidad y la seguridad del vuelo. A 10 500 metros (35 000 pies), los aviones comerciales se encuentran por encima de la mayoría de las condiciones meteorológicas, pero aún así pueden experimentar turbulencias causadas por cizalladura del viento o corrientes en chorro. Esto puede resultar incómodo para los pasajeros y la tripulación, y puede someter a la aeronave a tensiones estructurales. Los aviones privados pueden evitar estos problemas volando a mayor altitud, donde las condiciones meteorológicas son más tranquilas y despejadas. Además, disponen de más opciones para modificar su ruta de vuelo o altitud si se encuentran con mal tiempo o turbulencias.
Poco tráfico
El tráfico aéreo es otro factor que influye en la selección de altitud. Los aviones comerciales deben seguir rutas y altitudes predeterminadas, que suelen estar muy congestionadas. Esto puede provocar retrasos, desvíos, mayor consumo de combustible y emisiones contaminantes. Los aviones privados tienen mayor libertad para elegir sus rutas y altitudes, y a menudo vuelan de forma más directa y por rutas menos congestionadas. Esto ahorra tiempo y costes, además de reducir el impacto ambiental.
Thu Thao (Según Interesting Engineering )
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