Los precios de los autos usados en EE. UU. cayeron un 14% en 2022 y se espera que caigan otro 4% este año.
En los últimos dos años, la pandemia de COVID-19 y la escasez mundial de chips semiconductores han provocado que los precios de los autos usados en EE. UU. se disparen, convirtiendo el mercado de autos usados en una "gran fiesta" para muchas empresas. Pero ahora, los concesionarios de autos usados en Estados Unidos están en una situación desesperada.
La época dorada del negocio de autos usados durante la pandemia está llegando a un final desastroso, comentó el New York Times en un artículo publicado el 31 de enero. El artículo citó datos de Cox Automobile que indicaban que los precios de los autos usados en EE. UU. cayeron un 14 % en 2022 y se espera que sigan cayendo un 4 % más este año. Esto significa que muchos concesionarios tendrán que vender los coches a precios más bajos que cuando los compraron.

Los concesionarios de coches usados en Estados Unidos vuelven a estar en problemas. Foto ilustrativa.
Se estima que en 2023 solo se venderán alrededor de 36 millones de autos usados en Estados Unidos, menos de la mitad de la cantidad de autos nuevos que se espera vender ese año. Esta situación está planteando desafíos importantes para los concesionarios de automóviles usados en Estados Unidos.
Un ejemplo típico es Carvana, una startup especializada en la compra y venta de coches usados online, que ha sido un modelo de éxito durante la pandemia y es una de las empresas más jóvenes en entrar en la lista Fortune 500 en 2021. El Wall Street Journal afirmó que el año pasado Carvana tuvo que despedir a 4.000 empleados, el equivalente a 1/5 de su plantilla total. Actualmente muchos equipos de RRHH trabajan menos de 30 horas o 4 días a la semana.
Esta empresa incluso se está viendo obligada a recortar personal discretamente para ahorrar costes ante el continuo descenso de las ventas y una deuda de más de 7 mil millones de dólares. Las acciones de Carvana han caído un 98% desde su pico de 2021 y los bonos son difíciles de negociar.
Según la prensa estadounidense, la principal causa de la situación descrita es que la industria automotriz mundial ha mejorado y los estadounidenses tienden a apretarse el cinturón cuando la inflación y, especialmente, los tipos de interés de los préstamos para automóviles son actualmente demasiado altos, más del 12,3%, frente a menos del 10% hace un año.
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