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Libertad creativa y límites culturales

VHO - Recientemente, la frase "libertad creativa" se ha mencionado tanto que mucha gente cree erróneamente que con solo alzar la bandera de la libertad, se pueden borrar todas las fronteras. Pero la libertad, si se separa de su fundamento cultural, puede fácilmente derivar en libertinaje; y cuando el "ego artístico" crece hasta el punto de abrumar el bien común, el arte se distorsiona.

Báo Văn HóaBáo Văn Hóa27/10/2025

La historia de una joven cantante que lleva letras arrogantes y desviadas al escenario, o la tendencia de la "música de disidencia" con lenguaje vulgar que se extiende por las redes sociales... ya no es un incidente aislado. Es una manifestación de una era donde la atención se valora más que la ética profesional, donde lo "viral" puede confundirse fácilmente con valor real.

Para ser justos, la creación artística requiere ego individual. Pero el ego solo cobra sentido cuando se dirige a la comunidad y se adhiere a los estándares culturales. Cuando las letras menosprecian a otros, usan el dinero como medida de dignidad e incitan a estilos de vida desviados, eso no es valentía, sino arrogancia. El escenario no es un lugar para desahogar la ira; el público no es un escudo para la "basura verbal". Una frase de rap "por diversión", una "improvisación" sin verificar cantada frente a miles de personas y que se extiende como la pólvora en redes sociales, ya no es tan inofensiva como la gente cree.

El público está indignado no por la crudeza, sino por respeto al arte. Por lo tanto, es necesaria la "orientación y corrección" de la composición y la interpretación, como en el reciente comunicado del Departamento de Propaganda y Movilización de Masas del Comité del Partido de Ciudad Ho Chi Minh. Ese documento no es una sentencia de muerte, sino una señal en una curva peligrosa: recuerda al conductor que hay un profundo abismo más adelante, que debe mantener el volante con firmeza y no dejarlo al azar.

Algunos dicen: «Si el arte está orientado, ¿qué queda de la libertad creativa?». La pregunta es correcta, pero insuficiente. Toda sociedad civilizada cuenta con «barreras flexibles» para proteger las buenas costumbres, de modo que nadie, en nombre de la libertad, perjudique a otros. Al igual que los semáforos, la música debe tener un proceso de evaluación, las interpretaciones deben tener licencia y el lenguaje, incluso el arte, debe tener un espíritu humano. Si la gestión es negligente, manejando las cosas como si fueran hechos consumados, los primeros afectados serán los jóvenes, almas que están formando gustos estéticos, imitando con facilidad y considerando las «modas» como la verdad.

Los artistas, más que nadie, deben saber controlarse. El lenguaje descuidado y la actitud arrogante son insultantes para el público y, con el tiempo, perjudicarán la profesión, ya que cualquier "halo virtual" se desvanecerá fácilmente. En cuanto al público, también necesitan practicar la cultura audiovisual a diario. Cada "me gusta", cada comentario o publicación es un voto cultural. Si la comunidad rechaza firmemente la "música basura", los productores cambiarán de gusto, los artistas ajustarán su rumbo, las redes sociales cambiarán sus algoritmos... Por el contrario, si la curiosidad o el mal gusto fomentan la desviación, todos los esfuerzos por corregirla serán inútiles.

El debate sobre "prohibir o no prohibir" continuará. Pero quizás lo que más se necesita es una convención tácita en la sociedad: la libertad consiste en hacer lo correcto. Las agencias de representación deben ser transparentes en sus procesos, firmes al abordar las infracciones y elogiar la belleza; las asociaciones profesionales deben fomentar la ética profesional, elevar los estándares de evaluación y proteger seriamente a los trabajadores; las plataformas digitales deben restringir el contenido tóxico y aumentar la responsabilidad algorítmica; los artistas deben crear con talento en lugar de trucos, y el público no debe alimentar el mal con la curiosidad...

Tenemos derecho a esperar una vida musical moderna, humana y rica. Para ello, cada persona, desde los artistas hasta el público, debe asumir la responsabilidad de crear, disfrutar y difundir valores. Porque la cultura no está lejos, nace en cada uno de nosotros, en cada decisión, cada palabra y en cómo mantenemos la música siempre orientada hacia la belleza.

Fuente: https://baovanhoa.vn/van-hoa/tu-do-sang-tao-va-gioi-han-van-hoa-177245.html


Etikett: artecultura

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